Falleció el empresario Manuel Ousinde, fundador de Granitos Ousinde

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

CABANA DE BERGANTIÑOS

ARCHIVO FAMILIAR

«Empezou da nada, fíxose a si mesmo, traballou moito e foille moi ben». Así resumía su trayectoria  un vecino de O Esto, parroquia de Cabana de donde procedía

07 feb 2023 . Actualizado a las 13:03 h.

Manuel Ousinde Castiñeira falleció el domingo a los 83 años. Fue el fundador de Granitos Ousinde, una destacada empresa de cantería y granitos con sede actual, y desde hace años (la empresa se constituyó hace 31) en el polígono de Sabón, en Arteixo. Desde este emplazamiento se han realizado innumerables trabajos en piedras en toda la provincia coruñesa, pero sobre todo en el área metropolitana herculina: fachadas de edificios y viviendas unifamiliares, balaustradas, fuentes. hórreos, lareiras, balcones y un sinfín de acabados de calidad. 

Manuel Ousinde era del lugar de Beres, en la parroquia de O Esto, en el municipio de Cabana, donde ayer por la tarde, a las 17.30 horas, fue enterrado. Salió del tanatorio Albia de A Coruña, donde hubo una misa en su capilla a las 16.00 horas. Deja viuda, Clarisa García (natural de Teixedo, en la parroquia vecina de Corcoesto), y dos hijos, Mercedes y Manuel. Otra hija, María del Carmen, falleció en marzo del 2021. Tenía seis nietos: David, Alberto, Moisés, Pablo, Daniel e Iris.

Un vecino de O Esto que además conoce el sector de la construcción destacaba ayer por la mañana la gran capacidad de Manuel Ousinde: «Empezou da nada, fíxose a si mesmo, traballou moito e foille moi ben», resumía sobre su trayectoria. Y daba otra clave: «Levou traballar con el a moita xente desta zona, de Cabana e arredores». Pese a que no residía en su parroquia natal, sí acudía a ella con frecuencia, y tenía una casa en Beres.

Esos inicios hay que situarlos en la Avenida de Chile de A Coruña, al lado de donde está ahora El Corte Inglés. Por entonces trabajaba como maestro cantero en un toldo de plásticos montado sobre eucaliptos. Allí enseñó a muchos canteros coruñeses, incluido el escultor Francisco Escudero Carril, al inicio de la década de los ochenta. Después se trasladó a Vilarrodís (parroquia de Oseiro, en Arteixo), donde además residía, y donde sostuvo su empresa durante unos quince años para, finalmente, montar la nave de Sabón. La compañía señala la clave de su éxito en «una organización eficiente y en una mejora constante de medios y recursos».

De su trabajo quedan muchos elementos en A Coruña. de los más visibles y llamativos de obra pública, las columnas con cadenas del paseo marítimo, que son además el emblema de su empresa. No solo las colocó, sino que las diseñó él mismo. En San Antón, en María Pita... En infinidad de lugares de la ciudad hay elementos que salieron de su empresa. No es extraño, por tanto, que fuese conocido como «o canteiro da Coruña» entre muchos vecinos y profesionales del sector de la construcción.