El arte de disfrutar sufriendo por las Cabeceiras do Anllóns

Con el viento soplando con una fuerza inmunda y los senderos llenos de lama, solo a unos pocos les apetecería ir a competir por el monte. Precisamente esa excepción es la que define a la perfección a los amantes de los trails, que este domingo gozaron en A Laracha del 8.º Polas Cabeceiras do Anllóns. Con menos participantes de lo habitual (240), pero con renovado recorrido y la misma atracción de otros años: el kilómetro vertical, que ya se ha hecho un hueco entre los tramos más famosos de la provincia dentro de esta disciplina.

Esta vez, los atrevidos tuvieron que subirlo, pero ni así se privó a los aficionados de ver tiempos extraordinariamente rápidos a la llegada a meta. Hubo tres personas que terminaron el trayecto largo (30 kilómetros ) en menos de tres horas. Y hay que resaltar que ellos ya llegaban a esa pared, que es el cortafuegos situado entre Golmar y Cerceda, con 20 kilómetros en las piernas.

En el mini trail (17 kilómetros) también hubo un ritmo altísimo, aunque las mejores críticas llegaron de la andaina, que a diferencia de muchas otras, dejó a un lado las pistas y recorrió los mismos caminos enlamados que los corredores. Todo terminó sobre las 15.00 horas, después de que los deportistas se recompusiesen con un arroz marinero.

Desde la organización, el club A Laracha en Dúas Rodas, agradecieron al Concello, a Protección Civil y también a la Policía Local su colaboración.

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