El Centro Comunitario Costa da Morte, en Caión, al fin realidad

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

ANA GARCIA

El edificio quedó inaugurado este miércoles, día dos Milagres, con la presencia del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo: un centro «escultura», lugar de «memoria» para construir vecindad

08 sep 2021 . Actualizado a las 23:40 h.

Desde las entrañas de Caión se ha levantado un centro sociocomunitario cuyo diseño evoca el lomo de una ballena, clara alusión al pasado ballenero de este puerto, durante los siglos XVI y XVII. El viento de esta «senlleira Punta da Atalaia» no lo ha puesto nada fácil en muchas ocasiones, ni tampoco la propia orografía, la roca dura sobre la que se ha cimentado lo que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, describió este miércoles como «unha grande escultura» que servirá «de recoñecemento» a las miles de personas anónimas que se dedicaron a esta actividad económica en siglos pasados, un edificio «que formará parte do patrimonio da memoria da xente». Después de más de un lustro desde su anuncio, el centro sociocomunitario de Caión, el Centro Comunitario Costa da Morte, ya es realidad y se abre al público. Quedó inaugurado en el día más grande para los caioneses, la jornada principal de la Romería dos Milagres, 8 de septiembre, con la presencia, no solo de Feijoo, sino también de la conselleira de Política Social, Fabiola García; la directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Susana Rodríguez; el vicepresidente del Parlamento Gallego, Diego Calvo; el delegado territorial de la Xunta en A Coruña, Gonzalo Trenor; la corporación municipal encabezada por el alcalde, José Manuel López Varela; el gerente del GALP Costa da Morte, Guillermo González; el presidente de honor de la cofradía, Evaristo Lareo; y miembros de las asociaciones Club do Mar, Peña Royal y Arume de Caión.

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Un día todavía cubierto y un mar «tranquilo», como lo describió el presidente autonómico, le dio la bienvenida a la comitiva, comedida por las circunstancias sanitarias. El párroco, Andrés Trinquete, bendijo el nuevo inmueble y aludió a un «fogar de encontro», un «fogar aberto a cantos acudan a el». Desde el espacio que será la nueva sede de la cofradía, frente al inmenso Atlántico, el presidente de la Xunta alabó las vistas y deseó que, por muchos años, nada las tapase. Preguntó por la arquitectura, por los detalles del mobiliario y alabó un diseño «harmonizado». El centro sociocomunitario se ha levantado sobre una gran parcela resultante de la unión entre una municipal y otra propiedad de la cofradía, que ahora hará su traslado a este inmueble en cuanto lo estimen.

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«O día escollido non podía ser mellor», afirmó el alcalde en su intervención, tras un recorrido por los distintos espacios. «Un edificio aberto á veciñanza, para actividades sociais, culturais, educativas, formativas e administrativas», añadió. El nombre, Centro Comunitario Costa da Morte, no es casual. Está «cheo de simbolismo». Comunitario, por la vocación integradora: biblioteca, salón de actos, aulas de formación, nueva sede de la cofradía.... Costa da Morte, porque Caión es, viniendo de A Coruña hacia Fisterra, su puerta de entrada, el acceso a un geodestino «que dende aquí queremos potenciar». Acogerá exposiciones, permanentes y temporales, y la primera de ellas está ya próxima, en colaboración con el Galp y el Arquivo da Pesca. «Cumprimos o noso compromiso de dotar Caión dunha infraestrutura emblemática, ampla, moderna, multifuncional», expuso López Varela, una inversión de 1,2 millones, como ya se tiene publicado, fruto de las aportaciones municipales y de la Xunta, a través de las Consellerías de Política Social y Mar.

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«Hoxe entregamos ao patrimonio dos veciños unha edificación ben construída, un proxecto arquitectónico singular, xa pola propia ubicación, un acerto pleno, un edificio que máis ben parece unha escultura», valoró el presidente de la Xunta. Hizo un repaso por animales que marcan el imaginario infantil y colectivo, desde el león a la golondrina, y concluyó que, en el mundo marino, probablemente el más místico y cautivador sea la ballena, por su tamaño, por su carácter escurridizo, por sus cantos sobrenaturales. La relación de Caión con las ballenas, dijo, fue «pragmática e intelixente, bastante galega»: «Caión foi un dos principais portos baleeiros da fachada atlántica, unha relación que transcendía do mar para entrar en terra». Ya no se cazan estos gigantes, pero la huella ballenera no se separa, afirmó, de la historia de este lugar que, ahora, «á súa beleza natural, unirá un edificio que vai formar parte do patrimonio da memoria das xentes que veñan ata aquí de vez en cando, ou que non teñan a posibilidade de vivir aquí», un espacio «para construir entre a veciñanza», «onde se cohesiona un pobo», un proyecto arquitectónico «respectuoso coa ubicación e cuns materiales axeitados». Celebró, primero, que alguien haya soñado con esto, en alusión a la Administración local, y, después, que Naos Arquitectura y la empresa Desarrolla Obras y Servicios lo hayan llevado a cabo, «cun notable alto, ou sobresaínte». A su juicio, se ha pensado qué se quiere y para qué: «Este edificio pode e debe ser un recordo permanente de éxito». A través de él, el hilo que une el pasado con el presente, también establece una unión con el futuro.

Desde Arquitectura Naos, Santiago González, director de obra, y desde Desarrolla, Pedro Rodríguez, responsable de obra pública, se mostraban «encantados» con el resultado. Aludieron a la roca y al viento, pero en una colaboración permanente entre ambas partes, lograron este inmueble que, como explicaron, se sale del estándar, con una estructura singular, más compleja por esas líneas curvas y, sobre todo, especial, porque tal y como se aprecia en los distintos espacios, no está concebida «apoyada» sobre el terreno, sino más bien colgada, sostenida. Con el mar muy presente. Unas 175 personas, de los oficios más diversos, trabajaron desde el arranque de este proyecto para que el Centro Comunitario Costa da Morte sea hoy una realidad, un proyecto que viene a sumarse a la «total renovación» del puerto en su día, como recordó Feijoo, con una inversión de 4 millones.

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Las Cantareiras d'Atalaia, de Arume, cerraron el acto con varias piezas «con sabor a Caión». Las aplaudió Feijoo, que pidió tomarse una foto con ellas y se interesó, también, por saber hasta dónde era real la trenza. No tuvo reparos, tampoco, en sostener a Iago, el pequeño de tres meses de la concejala Patricia Bello y, a su salida, saludó a los vecinos que curioseaban desde sus ventanas este primer día de vida del centro caionés: «Menudas vistas teñen!», les gritó el presidente, señalando el mar.

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