Un larachés de 90 años amenaza a los empleados de una sucursal bancaria con un cuchillo jamonero

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

Ana Garcia

Lo hizo en desacuerdo con los saldos de sus depósitos. Ya ha sido identificado por la Guardia Civil de A Laracha

22 sep 2020 . Actualizado a las 18:21 h.

No debió haber descansado bien aquella noche e intentó pagar su enfado con los dos empleados de una oficina adscrita al Banco Santander de A Laracha, situada en la céntrica avenida Fisterra de la capital municipal.

Los hechos ahora investigados por agentes de la Guardia Civil del puesto larachés apuntan a que un hombre de 90 años de edad y residente en el casco urbano de A Laracha, acudió a la sucursal sobre las nueve de la mañana de este lunes. Su idea inicial era comentar algo en relación a los depósitos que tiene el jubilado en el banco. Pero todo apunta a que los argumentos facilitados desde la oficina y los esgrimidos por el anciano fueron diametralmente opuestos. En un momento dado, el nonagenario se cansó del discurso economicista y academicista dado por el director y sacó del interior de su chaqueta un cuchillo jamonero de grandes dimensiones. «Tenía una hoja de dos cuartas de largo», apuntó un testigo.

Desde la oficina se le solicitó al cliente que se calmara y que guardara el arma blanca. En un primer momento, el cliente se negó a la petición y siguió apuntando hacia los empleados. El responsable de la sucursal, cansado de tanta amenaza, señaló entonces que iba a llamar a la Guardia Civil. El hombre entonces decidió entrar en razón y se marchó de la sucursal. Eso sí, se llevó consigo el cuchillo jamonero.

Desde la sucursal ya se presentó la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil de A Laracha, que instruye lo ocurrido. Gracias a las cámaras de videovigilancia el hombre ya ha sido identificado. Por ahora no se ha procedido a su arresto aunque se enfrenta a un posible delito de amenazas con arma blanca.

En la base de datos de las fuerzas de seguridad no consta que este anciano tenga antecedentes policiales, ni por hechos similares ni por otros. Eso sí, los que dicen conocer al cliente disconforme aseguraron que lo de su edad es una simple apariencia, una anécdota, un simple número en su carné de identidad: «Está hecho un toro», señalaron.