La iniciativa privada también apuesta por el arte urbano en la Costa da Morte

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

ANA GARCIA

Cultiagro-Seragra ha promovido un curioso trabajo en su almacén larachés. Don Gimnasio de Carballo va por su tercera obra

19 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Ninguna de las tres comarcas de la Costa da Morte, y tampoco el municipio de Cerceda, carece ya de algún tipo de ejemplo de arte urbano, ya sea en colegios un en zonas exteriores, espacios colectivos. Carballo ha dado en esta cuestión un salto cualitativo ya hace años, primero con Derrubando muros con pintura y después con el Rexenera Fest, pero también Malpica tiene su tradición y el reciente Corme Pinta sigue avanzando camino, por mencionar dos casos. «Son dos que opinan que as cousas cando están bonitas animan», dice Fernando Loureiro, responsable de las empresas Cultiagro-Seragra, en A Laracha. Él ejemplifica que la iniciativa privada de la comarca también apuesta por este tipo de aplicaciones.

«Vendo os murais de Carballo a min parecíame algo impresionante, unha cousa moi bonita, porque lle dá ao pobo outra cor», explica. De ahí que decidiese darle un cambio de imagen a un almacén que tienen en la localidad larachesa: «Eu quería que fose algo relacionado coa nosa actividade, deille a miña idea ao artista, fixo uns bocetos e eliximos», reseña. Fue el pasado julio cuando Pablo Outón se puso manos a la obra. De hecho, la está rematando estas mismas jornadas. Campo, maíz, invernaderos... son motivos presentes en el trabajo, que según Loureiro hasta se puede ver como una continuación de los montes situados en el entorno. Se integra bien, pues.

«A min paréceme algo estupendo. A iniciativa privada é compaxinable coa pública», valora de su lado Outón, criado en Os Castros (A Coruña), pero residente en el concello larachés ya desde hace tiempo. De hecho, le gustaría que hubiese en este municipio algún tipo de impulso similar al caso carballés. Dice que tampoco el Ayuntamiento de A Coruña, lo que le parece más sorprendente aún, tiene en marcha proyectos de este tipo. Sí los hay a nivel particular, pues él mismo firma un gran mural en el Club del Mar de San Amaro, inaugurado a finales del pasado año, e intervino además en el baptisterio de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Os Castros, por iniciativa del párroco, Fernando Isorna. La puesta de largo será el próximo fin de semana, casualmente.

ANA GARCIA

Outón, como conocen a Pablo López, estudió Bellas Artes e Historia del Arte. Se dedica a la pintura de forma profesional, también se ha ganado algún premio del Agadic con sus cortometrajes e incluso tiene algo de vena musical. «Mellor ou peor, pero artista son», ríe. «Mentres pintaba o traballo de Seragro-Cultiagra, sorprendeume que moita xente maior que pasaba por alí dicíame: ‘Que bonito. A ver se fan como en Carballo’. Alí xa está atraendo certo tipo de turismo», indica. Él es un buen seguidor de los actos del Rexenera Fest: «A arte urbana non é algo que se asocie a un partido político», subraya.

Hace ya algo más de dos años que fue bien popular, también, el pintado de la granja e incluso de la cisterna de purín promovido por Roberto Moreira en su explotación de Castro (Salto, Vimianzo). Decía él entonces, con el colorido grafiti luciendo, que tener el establo tan bien decorado hasta animaba a mantenerlo más limpio y ordenado. «Motívate», comentaba. Una opinión bien similar a la de Fernando Loureiro.

En Carballo, Don Gimnasio ya va por su tercera obra mural, todas ellas rubricadas por Rakele Cavallo, nombre artístico: la última intervención son unas alas que lucen hace un tiempo y en las que no son pocos los que ya se han fotografiado, como comenta Guillermo Mato. Cavallo se muestra encantada con este tipo de iniciativas privadas y dice que ahora que el covid ha parado otras intervenciones a las que solía dedicarse, es la vía que queda. Incluso en casas particulares ha dejado su impronta. «Pintaba sobre todo en colexios, e agora con todo isto da pandemia quedaron moitas cousas paradas», comenta la artista. Mato, de su lado, explica que tras la adecuación de un patio pensaron que esas alas quedarían muy bien, y no se han equivocado. Los dos trabajos anteriores de Rakele incluso les han llevado a cambiar la decoración y la apariencia del gimnasio. He ahí el peso del arte.