Pedro, con discapacidad funcional: «Este año por primera vez fui a un campamento»

La Voz

A LARACHA

ANA GARCIA

21 oct 2019 . Actualizado a las 10:30 h.

Su hijo Pedro nació con discapacidad funcional y su vida cambió para siempre. Ahora Eva Ramil lucha por conciliar, una tarea casi imposible. «Pedro estudia en A Coruña y su hermana Julia en A Laracha, entonces voy todo el día de un lado para otro», dice esta madre, que antes de dar a luz a su primer hijo pensaba incorporarse al trabajo «después de los meses de baja que iba a juntar con vacaciones», apunta. Pero la realidad le trastocó todos los planes. «Cuando nació Pedro las primeras 48 horas fueron muy duras, pero ahora, 16 años después, te puedo decir que he pasado muchos momentos más duros». A lo largo de este tiempo Pedro ha crecido, pero Eva también. «Cuando es un bebé no eres consciente del todo, luego con el día a día te vas dando golpes de realidad». Unos golpes que han ido superando. 

«Al principio nos dijeron que era muy complicado que Pedro pudiera andar y ahora recorre en bici 10 kilómetros». Porque para su madre «las limitaciones nos las ponemos nosotros mismos» y el truco está en no conformarse. Precisamente, este verano Eva y Pedro han superado otra barrera autoimpuesta. «Por primera vez Pedro se fue de campamento diez días. Me sentía fatal porque, a diferencia de otros padres que lo necesitan para conciliar, en nuestro caso no, pero me di cuenta de que él sí tenía esa necesidad. La universidad que le voy a dar son esas vivencias». De esta forma Eva volvió a caer en la cuenta de que hay que cambiar el enfoque. «Escucho mucho eso de que están en su mundo, pero no. Estamos todos en el mismo y ellos como todos tienen que participar».

En el caso de su hijo, encontró en el deporte la forma de hacerlo. «Hizo que nos abriéramos a la sociedad», explica Eva, que tuvo que luchar para que Pedro pudiera hacerlo. «Me encontré muchos noes cuando quise apuntarlo a actividades. En la escuela de atletismo me decían que no, en el colegio que tampoco podía ir a futbito, y así todo. Entonces a través de la fundación Abrente creamos la carrera Enki en el año 2014». Un hecho que hizo que Eva se reconciliara con la sociedad. «De repente tienes un sí, te encuentras con gente voluntaria y ves que es posible», dice. Desde entonces, Pedro no ha parado de ir a carreras. «Me di cuenta de que si no nos abren la puerta tenemos que construir un puente. Nos va a llevar más tiempo, pero vamos a llegar igual a la meta». Por supuesto que lo harán.