«Pasé el embarazo en una furgoneta»

Pablo Portabales
Pablo Portabales A CORUÑA / LA VOZ

A LARACHA

ANGEL MANSO

Natural de Neaño, Feli Fondo regenta dos empresas en A Coruña, una de ellas con 40 años de trayectoria

02 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva una tirita blanca en el dedo índice de su mano izquierda. «Tengo mis cicatrices», comenta, y me muestra otras heridas de guerra. Su charcutería de la avenida de Oza celebrará las bodas de plata el 15 de diciembre. Y la empresa Sadepor, que fundó con su marido, cumplirá dentro de poco 40 años. Cifras redondas. También el tiempo que lleva trabajando sin descanso, medio siglo. «Empecé con 12 años con mi hermana y mi cuñado en la carnicería Álvaro. Fui una niña que pasó muchas necesidades y cuando vine a A Coruña vi el cielo abierto. Nunca cogí vacaciones, ni las quiero. No necesito tiempo libre», asegura Felisa Fondo Blanco, a la que todos llaman Feli y algunos vacilan por sus dos apellidos.

Es natural de Neaño (Cabana) y madre de dos hijos, Susana y Pablo, que están al frente de la citada empresa, de la que Feli es administradora. «Es un grupo que cuenta con una fábrica de embutidos en Santiago, una sala de despiece, y que comercializa todo tipo de carnes. Somos alrededor de 60 empleados», comenta su hija, que se suma a nuestra charla. Es singular lo de esta mujer, charcutera y al frente de una empresa importante como Sadepor. «Es un contraste, pero si no estuviera ella no sería lo mismo», asegura Susana. «Voy por la mañana, antes de abrir la charcutería, y por la noche, al acabar en el negocio. La carne no tiene secretos para mí», sentencia Feli.

Siempre su marido

«A los 17 años me casé con Remigio Varela, un larachés de personalidad arrolladora», comenta con la voz entrecortada. Hace tres años y medio que falleció. «La pérdida de mi marido fue brutal. Perdí un amigo, un compañero...», y no puede contener las lágrimas. Recuerda el inicio de su proyecto común en el mercado de Os Castros, Codeco. «Yo atendía el puesto y mi marido repartía la mercancía. Matábamos 40 cerdos a la semana. Lunes y jueves eran días de despiece. Íbamos y veníamos a Laracha. Eran mediados de los setenta y pasé mi primer embarazo en una furgoneta Ebro», rememora. Se acuerda perfectamente de fechas como la del 8 de julio de 1978, cuando inauguraron la empresa Sala de Despiece Porcino (Sadepor). «No es por el Dépor, como mucha gente piensa, pero nos valió para hacer una campaña de publicidad que decía, Sadepor, carne de campeones», afirma sonriente.

Carne asada y costilla

Me enseña el espectacular escaparate de su charcutería. No le falta detalle. «La mimo y la cuido. Está preciosa. Estoy orgullosa. Nunca lo dejaré, a no ser que enferme. A mi marido y a mí es lo que más nos gustaba. Éramos felices con el trabajo y no sabíamos disfrutar de otra cosa. Si tomábamos un café un día con unos amigos, ya estábamos contentos», y vuelve a hacer referencia a Remigio. Dice que cada vez se venden más platos elaborados y bandejas de embutidos, y menos carne. «Del cocido me gustan la costilla, el lacón y los chorizos. Tienes que probar los que hago de cerdo Duroc que están buenísimos. Me encantan las chuletas y la carne asada. La bordo. En Navidad me quedo toda la noche cocinando», afirma como si nada. «Mis amigos son mis clientes y la gente que está vinculada al negocio familiar. Hace poco murió una clienta. Fui al entierro y no pude parar de llorar», asegura emocionada.

El único momento de relax semanal lo tiene los domingos en su casa de Barrañán. «Es mi vía de escape. Corto flores y cojo el perejil para tener al día siguiente en la tienda», asegura. «Tuve una vida sacrificada pero gustosa. Fue una pena lo de mi marido porque lo nuestro era una bonita historia. Pero tengo a mis hijos, que son todo para mí», resumen Feli, que se marcha a toda velocidad para ponerse, como cada día desde hace 50 años, detrás del mostrador. «Mi marido desde el cielo me dice que lo estamos haciendo bien», sentencia.