Las medidas para prevenir una nueva sequía resultan insuficientes

s. g. rial / t. longueira CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

Ana Garcia

Hace un año comenzaba el peor período de escasez en decenios

27 jun 2018 . Actualizado a las 11:49 h.

Hace justo un año, el Concello de Carballo tomaba una de las primeras medidas de alcance en Galicia para luchar contra una sequía que en aquel momento se podía intuir, pero aún se ignoraba el enorme alcance que tendría en buena parte de la Costa da Morte: cerraba todas las fuentes ornamentales. Hasta diciembre (y algunos casos en enero) no cesarían los aportes de agua con cisternas, proporcionados por Protección Civil. Nunca en la historia de Carballo fue necesario realizar tantos aportes para dar suministro a viviendas y también cuadras.

Carballo no fue el único caso, ya que en Ponteceso, A Laracha, Coristanco o Cabana, entre otros, hubo que actuar de manera urgente. En caso de un nuevo período de sequía, ¿concellos y particulares han tomado medidas para evitar los mismos problemas? Por norma general, sí.

En Carballo hay un ambicioso plan en marcha, en varias vertientes. La zona de la costa fue una de las más afectadas, y el abastecimiento hacia Razo, por Oza, está en marcha, por valor de 1,7 millones, con cargo al primer pago del canon del agua. El inicio de los trabajos es inminente, para principios de julio.

Pero no todo depende de la gestión pública, y de hecho los principales problemas se han dado en traídas privadas poco preparadas para la escasez. «Houbo moitas obras en moitas delas», explica el concejal de Obras, Luis Lamas, conocedor de los trabajos que se han llevado a cabo en diferentes parroquias, y que han incluido la modificación de algunas fuentes. A día de hoy no existe ningún problema ni se prevé a corto plazo. El doble abastecimiento de Carballo ha resultado una garantía para afrontar las carencias con más seguridad.

En Cabana hubo problemas en su momento en las parroquias de Riobó, Nantón y Anos. El alcalde, José Muíño, explicó ayer que solo falta contratar la obra de ampliación de la red a las parroquias de las dos últimas dos proyectos valorados en 160.000 euros con cargo, en un 80 % al programa POS de la Diputación, y el 20% restante con cargo a fondos municipales.

En Ponteceso también lo pasaron mal muchos vecinos. El Concello llevó a cabo una ampliación del servicio de la traída, que beneficiará, en breve, a los residentes y a las explotaciones ganaderas, algunas de grandes dimensiones, de la parroquia de Tallo, una de las más afectadas por la prolongada sequía del pasado año. El ejecutivo local invirtió 150.000 euros en unas actuaciones que se encuentran en la recta final y que dejan preparada la conexión para ampliar el servicio a la parroquia de Langueirón.

Numerosos enganches

El gobierno local de A Laracha, por su parte, realizó, ya a comienzos del verano pasado y en plena sequía, una serie de obras para mejorar el suministro, una vez que los técnicos intuyeron que la sequía podría ir para largo, como así fue. Más de un centenar de propietarios solicitaron por aquel entonces el enganche a la red municipal al constatar que los pozos y manantiales quedaron literalmente secos.

El departamento de Obras realizó mejoras en varios lugares de Erboedo y Lendo, en Revirente (Soandres) y en A Ameixeira (Coiro). De forma paralela, y pensando en el largo plazo, el Concello, junto con Augas de Galicia, lleva a cabo un ambicioso proyecto (ciclo del agua) que supondrá la inversión en saneamiento y captación de dos millones de euros, que incluye la construcción de un nuevo depósito, más grande que el actual, en el lugar de A Calvela, en la parroquia de Golmar.

Sin soluciones a corto plazo en Coristanco

Las actuaciones para hacer frente a crisis futuras son habituales en la zona, pero no en todos los casos.

El de Coristanco fue uno de los más graves de sequía. Los problemas en el servicio municipal llegaron a afectar a unos 4.000 vecinos, pertenecientes a las parroquias de Traba, Oca, Xaviña, San Paio, Cuns, San Xusto y parte de la de Castro. Hubo graves problemas en los lugares de Sordíns, Cuns, Rececinde, A Rabadeira... Un año después el ejecutivo sigue sin poder dar una solución al problema.

Varios millones

El alcalde, Abraham Gerpe, ya lo dejó claro en varias ocasiones que mejorar el servicio de la traída supondría «un investimento de varios millóns de euros que o Concello de Coristanco non dispón», algo que argumentó tanto en los plenos como en las entrevistas en Radio Voz Bergantiños. Admitió que gran parte de las canalizaciones (de fibrocemento y con más de 30 años de antigüedad) están dañadas o rotas, lo que conlleva una perdida importante del agua potable que debería abastecer a los hogares.