Un denunciado por violación dice que «fueron relaciones consentidas» y la presunta víctima lo niega

La Voz CARBALLO / LA VOZ

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La joven negó ayer la versión del denunciado y se reiteró una vez más a las declaraciones realizadas en el Juzgado de Instrucción número 1 de Carballo

21 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un hostelero larachés, denunciado el 1 de noviembre del 2017 por una joven de 22 años por un presunto delito de violación, negó la acusación de la supuesta víctima y aseguró que «mantuvo [con ella] relaciones sexuales consentidas». Incluso, a petición del instructor, se ofreció «a aportar su ADN para investigar esta causa».

Según su versión, contrató a la joven el 31 de octubre con motivo de la fiesta de Halloween. Ella residía por aquel entonces en A Coruña y fue a recogerla porque carecía de vehículo propio. Quedaron en Cuatro Caminos y viajaron hasta A Laracha. Para el denunciado, la actitud de la joven no fue la apropiada con los clientes y en un momento dado, sobre las 4.30-5.00 horas, aprovechó que la camarera estaba en un despacho fumando para recriminarle su actitud. Según él, la joven se le abalanzó y comenzó a besarle y, sin más preámbulos, «se fueron a una cama que hay al lado del despacho» y ella se quitó parte de la ropa. Allí mantuvieron sexo oral «consentido», y que paró al comprobar que la joven «no estaba en condiciones», además del «miedo» de que alguien entrara.

La joven negó ayer esta versión y se reiteró una vez más en las declaraciones realizadas en el Juzgado de instrucción 1 de Carballo. También se ratificó en el escrito formulado ante la Unidad Orgánica de la Policía judicial.

Confirmó que ya había trabajado en el establecimiento larachés una noche, como camarera, en la primavera del 2017 y que volvió a contactar con el dueño el 31 de octubre porque le hacía falta dinero, apenas «1,70 euros para comer». Reconoció que, por aquellas fechas, tomaba una fuerte medicación para combatir la ansiedad y la depresión, además de otras pastillas para erradicar un resfriado. Sin embargo, ingirió alcohol en la noche de Halloween, lo que le provocó un estado de aturdimiento y descontrol. En un momento dado, el denunciado la habría llamado a su despacho. Según ella, el dueño la empujó hacia encima de la cama y empezó a besarla y realizarle sexo oral. Aseguró que quedó «bloqueada» y le instó a que parara. Al no conseguirlo le pidió que se pusiera un preservativo para evitar contagios, pero él se negó. La joven no recuerda si llegó a haber penetración, pero en el hospital solicitó la realización de pruebas de ADN a Madrid, de las que no se ha recibido los resultados, por carecer todavía de procurador.