Decenas de puntos de la zona son lugares fijos de radares móviles

Antonio Longueira Vidal
T. longueira CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

José Manuel Casal

La Autovía da Costa da Morte carece, de momento, de controles permanentes

26 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay viales que, de forma sistemática, cuentan con la presencia de los radares móviles. La AC-552, que enlaza A Coruña con Cee, tiene varios puntos estratégicos. En Larín, Lañas (tramo de 50) y en las inmediaciones del MontBlanc (60). En Paiosaco, en la que es la puerta de entrada a la Costa da Morte, se suelen poner los vehículos no rotulados. Los agentes utilizan dos puntos: el entorno de Campo da Feira y en salida, dirección hacia A Laracha (margen derecho). En la capital municipal se suelen ponen a la altura del bar Canta la Rana y también solían, aunque hace tiempo que no se ven, en las inmediaciones de Desguaces Laracha. En Bértoa, desde que la travesía forma parte del casco urbano de Carballo no se sitúan los agentes de Tráfico de la Guardia Civil, pero sí la Policía Local. Agentes de ambos cuerpos de seguridad también suelen hacer su agosto particular en A Revolta, tanto en el tramo limitado a 50 como el restringido a 70.

La autovía de la Costa da Morte no tiene radares fijos, aunque en su día hubo cierto runrún al respecto. La baja siniestralidad no invita a instalar cámaras inmóviles. Pero eso no es óbice para que el Pegasus se dé una vuelta de vez en cuado y, sobre todo, la patrullas en los camuflados. El tramo limitado a 80 en Baio es el preferido y de los que más sanciones acumula a lo largo de todo el año. De hecho, es habitual ver a conductores siendo interceptados por Tráfico en la rotonda de Santa Irena, uno de los puntos calientes de la Benemérita.

En la AC-550, que une Cee con Ribeira, los puntos calientes de los radares son Muros y Serra de Outes, sobre todo en verano. También en aquellos viales que enlazan la Costa da Morte con Santa Comba. En la autopista AG-55 suelen haber más controles de verificación de alcoholemia y drogas (sobre todo en los peajes) que radares. Para eso ya está el Pegasus, para notificar las multas desde el aire.

Otras vías, sin ser principales nudos de comunicación, acaparan un gran número de sanciones en los últimos meses. Razo se lleva la palma: 200 en un par de meses, y eso que los agentes solo fueron los fines de semana. Y todo a raíz de las quejas de vecinos y hosteleros de que había conductores realizando maniobras irresponsables por la zona. Otros puntos en los que suelen estar tanto los vehículos rotulados como los camuflados son A Feira de Berdillo, Sofán, Malpica (tramo de 50 junto a cerámicas El Progreso)... Incluso en Buño, como sucedió el sábado de entroido con motivo de la celebración de A Mikaela.

En la AC-441, que une Baíñas con A Pereira, hay un viejo almacén abandonado justo a la altura del cruce de A Boudañeira. Justo a su vera es muy frecuente ver a vehículos camuflados efectuando controles. Un tramo de rectas en el que la velocidad límite es a menudo sobrepasada, lo que lleva parejo un buen puñado de sanciones.

Quintáns, Suxo y Os Muíños son los tres puntos más frecuentados por Tráfico en el término municipal muxián; mientras que la recta que atraviesa Zas, y que está limitada a 50 kilómetros por hora debido a la presencia de un centro escolar, es también otro punto clave, como también lo es unos kilómetros más adelante en esa misma vía, la AC-404, justo a la altura de la cristalería Fornelos, poco antes de llegar a Baio.

En la AC-413, en As Labradas (Carballo). En Ponteceso, en la recta de Pazos, en Tella y en A Bugalleira.

La recta de Nantón (Cabana) es otro clásico, pero ya lo fue más cuando no había autovía. La recta de Escaselas, en Fisterra, o el tramo de Bustelo en Dumbría y las proximidades del cruce de Berdoias son puntos también conocidos.

El tramo hasta Entrecruces, de los más sensibles

Desde hace muchos años, los controles son habituales en los nueve kilómetros de Carballo a Entrecruces. Hasta Ardaña, en uno o dos puntos. En la conocida como recta de Rus, en otros más, y finalmente, en Entrecruces. Entro eso y la nueva señalización, la velocidad se ha moderado mucho, pero aún caen bastantes incumplidores.

Ana Garcia

Largas colas por las obras de la travesía de Bértoa

La elevada velocidad, con las consiguientes multas en algunos tramos viarios de la zona, suele generar debate, pero también la extrema lentitud en otras vías. Y esta última semana se han producido importantes retenciones en la travesía de Bértoa, desde la rotonda del enlace con la Vázquez de Parga hasta la más grande que da acceso al polígono.

El motivo son las obras de la senda peatonal y ciclista, que suman un considerable retraso y provocan malestar sobre todo en los propietarios de los negocios a ambos márgenes, además de en el resto de vecinos. Un hostelero señalaba ayer que las colas van a ser inevitables incluso cuando acaben los trabajos, ya que queda muy poco espacio para las bifurcaciones y eso obligará a que los vehículos esperen mientras los de delante giran.