Desde esta esquina para todo el mundo

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CRÓNICA

A LARACHA

20 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Me comentaba el pasado viernes José Antonio Alonso, propietario de San Juan Aislamientos y Embalajes, que el mérito de una empresa de tamaño medio de la Costa da Morte es su capacidad para vender, ganar clientes y cuota de mercado más allá de los Pirineos, Algeciras o el río Miño. Y tiene toda la razón. Independientemente de donde radique la sede social de la compañía, en esta comarca hay muy buenos y variados ejemplos de cómo generar riqueza y valor añadido en esta «esquiniña de Europa», como definió Alonso a la Costa da Morte. El empresario carballés habló de forma muy modesta de la implantación de sus productos de aislamientos en Portugal, «pese a non ter, eu despacho, na oficina nin unha rede de comerciais», comentó a modo de reflexión. Pero el suyo no es el único «milagro».

Calvo es el caso más paradigmático de lo que es y lo que representa la globalización a partir de una fábrica de conservas en Carballo. Setenta y siete años avalan al grupo, que es el primero del sector en España, el segundo de Europa y el quinto del mundo, además de tener presencia en 73 países. Sin llegar a los niveles de facturación de la conservera (casi 800 millones de euros), hay otras firmas cuya trayectoria queda más que avalada a, como Grupo Garaysa, Vipecón...

Pero además de empresas e iniciativas con ADN de aquí, hay grupos empresariales que han apostado por esta comarca, generando riqueza y empleo. Es lo que tiene la globalización, que no entiende de raíces o de arraigo, pero que, pese a las dificultades, continúan aquí. Celsa Atlantic sigue en A Laracha produciendo varilla a medio mundo y dando empleo a más de 140 familias. O Ferroatlántica, con dos plantas, en Cee y Dumbría, que exportaron el pasado año 109.774 toneladas de ferroaleaciones. La actividad de Ferroglobe en la provincia genera más de medio millar de empleos directos y un valor de producción de 134 millones de euros. Ahora, el desembarco de Inditex en A Laracha, previsto para el verano supondrá un espaldarazo económico y un escaparate para una comarca que no destaca, precisamente, por ser un referente en comunicaciones. Un puerto, Brens, y un tramo de autovía. El resto, vetustas carreteras, como la AC-552, y una autopista que tiene más curvas que un tiovivo y cuatro polígonos, algunos de ellos literalmente vacíos, salpicados por su territorio. Y sin embargo esta comarca pertenece a una provincia, la coruñesa, que es la cuarta más fuerte de España. Los críticos dirán que es un puesto ficticio porque Inditex todo lo abarca y acapara. Pero no es menos cierto que hay actividades que producen, venden y generan empleo. Será suerte o, simplemente, ganas de emprender. Y de aprender.