Identificados en Sorrizo tres hombres con 9,5 kilos de crustáceos de la zona prohibida
10 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Agentes del Seprona de Arteixo sorprendieron ayer a tres individuos en el puerto de Sorrizo con 9,5 kilos de percebes procedentes del espigón del puerto exterior de Langosteira.
La Guardia Civil y el vigilante habían puesto en marcha un operativo para dar caza a los furtivos, una especie que se reproduce a una velocidad pasmosa en esa zona que era de la cofradía de Caión.
Desde siempre, Langosteira ha sido un lugar anhelado por los mariscadores por la talla y calidad de sus crustáceos. Por eso lleva años siendo muy atractivo para los furtivos. La Guardia Civil y los vigilantes han identificado en los últimos años a decenas de personas, a las que se han llegado a incautar hasta 100 kilos de percebe.
Esta vez se trata de una cantidad bastante pequeña que se entregó a la asociación Padre Rubinos de A Coruña.
Pugna
Las cofradías de A Coruña y Caión han pugnado durante muchos años por hacerse con la concesión. El área que quedó sin obrar se ha llenado de arena por el cambio de las corrientes y eso la ha dejado inutilizada.
La empresa Porto Muíños, que tiene sede en Cerceda se interesó hace cuatro años por explotar el batido dique y extraer percebe, algas y anémonas, pero en la cofradía de A Coruña se negaron de forma terminante. La Autoridad Portuaria pensó que la riqueza que estaba generando el área se podía aprovechar, pero no se ha llegado a presentar ningún plan en la zona. En el caso de ayer, dos de los identificados iban con trajes de neopreno y el tercero les ayudaba a descargar la mercancía.
En la Costa da Morte la venta de percebe ha sufrido una caída brutal, sobre todo porque la mayor parte de los crustáceos se comercializan en la lonja de A Coruña. En lo que va del 2017, se han descargado en las rulas de la zona casi 11,5 toneladas, que han reportado 207.000 euros. Hace solo 10 años, en el mismo período, pero del 2007, se habían vendido a estas alturas del año más de 48.000 kilos que supusieron 1,1 millones de euros.
Además, hay menos percebeiros y el recurso se ha resentido por la sobrexplotación y la acción de los furtivos, que en los últimos años ha sido menor por la caída de los precios, a consecuencia de la crisis económica, y la menor cantidad y calidad de los crustáceos.