A Laracha y Outes solucionaron antes conflictos como el de la piscina de Cee

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

A LARACHA

Ana Garcia

Los laracheses optaron por una nueva concesión mientras que los barbanzanos tiene una gestión directa

01 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las piscinas municipales climatizadas son instalaciones tan rentables en lo social como complicadas de mantener a nivel económico, con lo que el de Cee, donde la semana que viene cumplirá un año cerrada, no es el primer Concello del entorno que tiene que lidiar con complicaciones al respecto. En A Laracha y en Outes se toparon con situaciones similares, que no idénticas porque cada una tiene sus matices, y las resolvieron con distintas fórmulas en un plazo de tiempo mucho más breve.

¿Qué ocurrió en Outes?

Según explica el entonces alcalde, Carlos López Crespo (PP), en su caso a la empresa Aquacenit, la misma que tenía la concesión en Cee, se le acabó el contrato de gestión. En lugar de optar por uno nuevo, en septiembre del 2015 el gobierno local decidió asumir la gestión de manera directa y subrogar a los trabajadores. «Non sabería dicir xusto o que nos custa agora, pero si menos, bastante menos que antes», afirma el ahora diputado.

¿Cómo funciona?

No son, ni de lejos, las cifras de Cee de antes del cierre, cuando llegó a haber cerca de una veintena de trabajadores. En Outes, donde también hay gimnasio, son ocho fijos y algún monitor más para actividades concretas. La piscina abre de 8.30 a 13.30 y de 17.00 a 23.00 horas, además de los sábados de 10.00 a 14.00 horas y ofrece natación terapéutica, actividades para embarazadas o de educación especial. Al igual que ocurría en Cee con Apem y Aspadex, la utilizan los usuarios de Adibismur.

¿Generó polémica?

En su día, el líder local de Compromiso, Manuel González, calificó la subrogación de «improvisada e pouco rigurosa» porque, a su juicio, no garantizaba «a igualdade de oportunidades no acceso laboral á Administración». Sin embargo, el PP sacó adelante el procedimiento con su mayoría absoluta y la piscina funciona.

¿Cómo se resolvieron los problemas en A Laracha?

El Concello se topó con que la empresa ourensana Grupo Pazos había dejado de pagar a los trabajadores y las quejas se sucedían, hasta el punto de que se creó una asociación de usuarios de la piscina. La compañía entró en concurso de acreedores y el gobierno local tuvo que resolver la situación. Tampoco fue sencillo encontrar otra firma que se hiciese cargo. De ahí que el nuevo pliego de condiciones incluyese un canon anual de 89.000 euros. Así, Hebe Sport, la actual concesionaria se puso al frente a principios de abril del 2015. En esos momentos la piscina llevaba apenas cinco meses cerradas. Según informan desde el Concello fue lo más rápido que consiguieron sacar el asunto adelante, después de cumplir con todos los trámites necesarios, incluido el informe del Consello Consultivo de Galicia y los tiempos propios del concurso público. Eso sí, cuando llegaron a ese punto ya tenían listo el pliego de concesiones para adelantar todo lo que les fue posible.

¿Cuál fue el resultado?

Poco después de abrir la piscina ya había superado el número de usuarios que tenían antes del cierre. En esta época del año funciona de 07.30 a 14.30 y de 16.00 a 23.00; los sábados de 10.00 a 14.30 y de 17.00 a 20.00 y los domingos de 10.30 a 14.00 horas.