Jóvenes de cuatro países limpian los ríos Bradoso y Acheiro

melissa rodríguez, p. b. CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

fotos ana garcía

A Laracha acoge una nueva edición de su campo de trabajo: se prolongará hasta el 15

09 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Por tercer año consecutivo, jóvenes de diferentes países y zonas de España han escogido A Laracha para disfrutar el verano. Motivados por su afán por el cuidado de la naturaleza, decidieron acudir al campo de trabajo de los ríos Bradoso y Acheiro. La iniciativa del Concello larachés, en colaboración con la Xunta, busca poner en valor la riqueza medioambiental y el patrimonio del entorno de estos cauces. No obstante, en esta nueva edición interesa concretamente «dar a coñecer os once muíños da conca do río Bradoso, que datan do ano 1952», tal y como comenta la directora del campo, Guadalupe Neira. Para ello, durante la primera quincena de agosto, dieciséis personas limpian la maleza que envuelve estas pequeñas construcciones, acondicionando así una ruta que discurre siempre a pie del agua.

Procedentes tanto de Francia, Italia y México, como de Castilla y León, Comunidad Valenciana y La Rioja, los jóvenes decidieron participar en el campo de trabajo de A Laracha para conocer gente nueva y relacionarse con la naturaleza. «Como vivo en una ciudad, no tengo la oportunidad de contemplar la naturaleza tan de cerca», explica Borja Coperías, de Valencia, a lo que añade: «Vienes solo, pero te marchas con grandes amigos». La mayoría de los voluntarios ya han participado en otros campos de trabajo. Es el caso de Julia Silimbaldi, de Roma, que ha estado en los de Francia, Alemania, Escocia e Inglaterra, llegando a repetir la experiencia en alguno de ellos. Este año quería conocer más sobre España y eligió Galicia por su fresca temperatura. Otra de las jóvenes, Lea Savanphom, de Francia, dice: «La naturaleza de A Laracha se parece mucho a la de la Bretaña del noroeste de Francia». En cuanto a las tareas de desbrozar, los monitores comentan: «A pesar de que hay muchas silvas y troncos caídos, el entorno ayuda porque es muy bonito». Es una opinión que comparten todos. Pero en esta iniciativa no solo se trabaja. Mientras las mañanas se aprovechan para las labores de campo, las tardes se emplean en actividades deportivas y en visitas turísticas, tanto por la comarca como por A Coruña o Santiago. En los primeros días de aventura, los jóvenes hicieron surf. Para la gran mayoría fue una experiencia increíble, pues nunca lo habían practicado ni lo volverán a hacer cuando regresen a sus países. Teniendo todos los voluntarios entre 18 y 30 años, confiesan: «Se vive un ambiente de campamento, pero para mayores».

A O Couto, por su parte, llegaron también los jóvenes de una nueva edición del campo de trabajo. Actuarán, por ejemplo, en el entorno de Balarés.