Empresas punteras de la comarca triunfan en el mercado extranjero

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

A LARACHA

La sociedad de un larachés acaba de construir el mayor aeropuerto de Mauritania

28 feb 2020 . Actualizado a las 19:52 h.

La Costa da Morte es tierra de emigrantes. Trabajadores, pero también empresas. Pocas, pero punteras, y cada vez más, ligadas sobre todo a la construcción y a los sectores relacionados con la electricidad o energías renovables, aunque hay de todo. Y también nombres clásicos y poderosos en su área en todo el mundo, como Calvo, hasta otras que se han ido haciendo un hueco desde que empezaron en un pequeño taller o nave de la zona.

Una de esas empresas es Montajes Canarias. Empezó y sigue en Gran Canaria desde hace 30 años, en el polígono de Arinaga, pero, como en tantos otros casos en las Islas, sus promotores y trabajadores son de la zona. En concreto, el responsable, Maximino Varela Bértoa, es de Paiosaco, y trabaja codo con codo con Jorge García, de Arteixo. Ambos empezaron juntos en Alumán, la empresa arteixana que creó, y dirige, el vimiancés, de Salto, José Pose Miñones. Jorge, de hecho, fue el director. Pero hace ya bastante tiempo decidieron dar el salto y establecerse. Han ido avanzando poco a poco (tienen tres naves, 15.000 metros cuadrados), con saltos a Sudamérica (tienen delegación en Ecuador) y África.

El último gran proyecto ha sido el aeropuerto de Nouakchott, la capital de Mauritania. Es el mayor del país y, según los datos que manejan, también el de toda África en superficie bruta ocupada. La empresa se ha encargado del aluminio, cristal o tornillería, de las instalaciones, algo en lo que ya tenían mucha experiencia, porque han trabajado en todos los canarios. En Gran Canaria tuvieron contacto con empresarios mauritanos y ahí empezó la conexión. «Agora estamos a punto de acabar, pendentes de que nos fagan o control de calidade», señala Jorge García. Llevan en el país africano desde julio del 2014. Tiene trabajadores locales y españoles. Y proyectos para más adelante. Por ejemplo, montar un almacén de aluminio.

Explica García que las cosas han cambiado mucho desde que la crisis azotó España, y la virulencia fue especialmente dura en Canarias, tan dependiente de la construcción. Las grandes plantillas se redujeron y ahora lo que más se hace es contratar autónomos. Eso se ve mucho en Fuerteventura, también entre pequeños empresarios oriundos de la Costa da Morte. Ahora, comenta el arteixán, parece que las cosas mejoran, con ocupaciones hoteleras al 100%, «e iso é bo porque significa renovación de equipamentos e, por tanto, traballo».

La historia de Montajes Canarias tiene también espacio para la anécdota, cuando ambos jugaban en el Larín, con Jorge como entrenador. En un partido ante el Golmar Maximino tiró un penalti como el que Messi ha hecho célebre a nivel mundial hace poco, empujando el balón para que un compañero lo rematara a gol. Muchos colegas de la época lo recordaban estos días. Fue en detalles así como se fue forjando una unión empresarial que aún se mantiene.

Tampoco le va mal a la empresa de electricidad y telecomunicaciones Garaysa, de Carballo. Acaba de terminar un proyecto en Perú y tiene otros en Costa Rica, Uruguay y México. En análisis, más en Chile y Cuba. El gerente, Pablo Echegaray, explica que siempre desplazan a trabajadores gallegos, para mantener la filosofía de trabajo y los ritmos y tiempos. Y que además no han ido a América de paso, sino para quedarse. «En algunos de esos países hay más seguridad jurídica en ciertos sectores que en España», lamenta. El eólico, por ejemplo, ahora sin fuelle nacional. Del exterior solo puede hablar bien o muy bien. El año pasado facturó más de 11 millones más allá de las fronteras españolas, un 80 % del total.