Uxía Bello, la pianista vimiancesa que con 22 años buscó la aventura en Irlanda
CARBALLO
La cantera del talento | Titulada en Realización Audiovisual y en el grado profesional de piano, trabaja de barman en Dublín y prepara un corto de viudas de náufragos
04 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Uxía Bello Suena tiene 24 años. Nació en Vimianzo, donde tiene su residencia, aunque también se considera muy de Laxe. Su familia anda a caballo entre los dos concellos. Estos días se dejó ver por la Costa da Morte, pues desde septiembre del 2021 vive en la capital de Irlanda, en Dublín.
Estudió el ciclo superior de Realización Audiovisual en la escuela de Imagen y Sonido de A Coruña. Quería hacer las prácticas en una productora, pero debido a la pandemia, no fue posible. Debido a la situación sanitaria, encontrar trabajo en un sector ya de por sí «complicado, precario y en el que piden tener trayectoria profesional», matiza, apuntaba a ser misión imposible. Ella tenía ganas de vivir la experiencia de mudarse a otro país, aprender inglés y trabajar. Así fue como, con solo 22 años, decidió tomar el avión con solo el billete de ida.
«Iba para un breve período de tiempo pero ya voy camino de los dos años. Me informé mucho antes de tomar la decisión. Eso sí: no llevaba ningún trabajo mirado. Pues llegué un lunes y, sin tener experiencia, el domingo ya empecé a currar», relata. Lo hizo como barman en el «mejor restaurante español de la capital», Las tapas de Lola. Preparaba cócteles, cafés y otras bebidas en la barra. Allí completó el primer año. Luego, pasó a integrar la plantilla de otro local, Angelina's, especializado en coctelería, «para aprender mejor». Así, suma ocho meses más en el sector y sigue, aunque a finales de julio regresará a la comarca, en principio, de forma ya definitiva. Al menos, durante una temporada.
«Conocí gente de muchas nacionalidades, viajé...», aparte de los objetivos que ya se marcó al inicio de la aventura. Durante este tiempo, Uxía siguió avanzando en el guion para realizar un corto de viudas de náufragos en la comarca. La idea le surgió a raíz del proyecto de fin de ciclo que elaboró, el dosier para un documental «genérico sobre Laxe: los marineros, las redeiras y las viudas». Pero cuando llegó el momento de presentarlo, se centró en el último apartado. «Mi profesora me dijo que debería hacer un cortometraje de esto porque era interesante», explica.
Así, se animó a llevarlo a cabo. Además, según traslada, coincidiendo con su esperado regreso a la capital de Soneira, la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic) lanzó unas subvenciones para nuevos artistas. Aún sin saber si será una de las beneficiarias, asegura que llevará a cabo su idea pase lo que pase con compañeros que la ayudarán. En este sentido, ya contactó con numerosas mujeres de la zona. Obtuvo el sí de varias de Malpica. «Muchas no quisieron por no revolver lo sucedido», comenta. «El objetivo es recuperar esas historias que en vídeo no suelen ser habituales. El tema del luto, con el traje que tenían que ponerse, o que a ciertas horas del día no salían de casa, me parece curioso», dice, a lo que añade: «Algunas se quedaron viudas a los 19 años y con un hijo, y nunca encontraron el cuerpo de sus maridos, de modo que no cobraron la pensión. Me parece que la sociedad debería ser más consciente de esto».
Ukelele
Bello Suena también es titulada en el grado profesional de piano. Hizo los cuatro años de elemental y los seis siguientes. Primero, en el conservatorio de Carballo (tenía 13 años), y luego, en el de A Coruña. Con 7, ya empezó a tocar este instrumento debido a una prima. Acudió a clases particulares en Baio. Unos «tres o cuatro días a la semana» tenía que desplazarse a la capital bergantiñana para formarse. «Había jornadas de tres horas con otras muertas por el medio», recuerda. «Pero era muy divertido y guay», destaca. Al principio, debido a que era muy perfeccionista, se ponía nerviosa al actuar en público, algo en lo que ha mejorado. Ahora también toca el ukelele.
De otro lado, esta joven es muy activa en todos los actos vinculados al Asalto ao Castelo de Vimianzo. «Desde el segundo año de la cena medieval estuve de camarera. En los últimos tiempos, en la cocina. El propio día del asalto vendí tiques. También limpié cacharros y pasé por los puestos de alquiler de trajes». La colaboración con este evento le viene por su madre. «¡Es la cita más importante para todo vimiancés!», señala.
En unos años me veo...
En un futuro no muy lejano le gustaría «viajar más y vivir en otros países». «Ojalá grabando y haciendo proyectos propios», indica.