Costas reserva más de 1,1 millones para contener los taludes de Razo, en Carballo

Los taludes de una parte de la playa de Razo, en Carballo, son probablemente los más atendidos por Costas en una zona semiurbana de Galicia. Cada pocos años es preciso realizar alguna intervención para que la dinámica litoral no se siga comiendo terreno del borde, algo complicado porque las mordidas no dejan de ir a más. No hace tanto (diez años casi justos) que la carretera de la costa tuvo que cortarse definitivamente al tráfico porque los desprendimientos casi han acabado con ella, y lo mismo ocurre en zonas aledañas. En este tiempo, Costas ha realizado varias obras de contención, que poco pueden hacer contra los temporales de invierno y la fuerza de las olas.

Con esta nueva intervención se trata de frenar esa fuerte erosión costera. Es un proyecto de la Demarcación de Costas de Galicia, perteneciente a la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar del Ministerio para la Transición Ecológica. Justo estos días se encuentra a exposición pública, tanto el proyecto en sí como su estudio de impacto ambiental. Los interesados en leerlo deben armarse de algo de paciencia, pues ambos documentos rondan las 1.500 páginas. Y no vienen de un día para otro, porque ya en junio del 2019 se anunciaba este proyecto, que afectará a los accesos y a los aparcamientos más a pie de costa, y que en todo caso busca frenar los desprendimientos. ¿Cómo? Mucho muro y escolleras potentes, de hasta ocho metros de altura, y un presupuesto de más de 1,1 millones de euros. El plazo de las obras será de algo más de cuatro meses, pero para su arranque aún no hay fecha. En los análisis se han tenido en cuenta innumerable factores, desde la vegetación a la fauna afectada (no afecta a la píllara, por ejemplo, cuya área de nidificación queda más hacia el este), pasando por la necesidad de crear una nueva carretera en zona segura. Estas obras serán complementarias o paralelas a las que el Concello quiere hacer con base al plan especial de ordenación (tampoco hay fecha de inicio), que retira el tráfico del frente y elimina aparcamientos, entre otras muchas medidas.

En suma, lo que se quiere hacer es «frenar los efectos erosivos del borde litoral de la playa de Razo, mejorando el diseño de las actuales estructuras de defensa de la costa, mediante la reparación de los actuales sistemas de protección e implementando nuevas estructuras, con una doble finalidad total: asegurar la sostenibilidad de la playa, en previsión de futuros efectos erosivos provocados por nuevos temporales y por el agua de escorrentía procedente del vial de coronación del talud (carece de dispositivos hidráulicos que recogen, canalizan y evacúan el agua de escorrentía a cauces naturales), y preservar o, en su caso, mejorar la calidad del entorno ecológico de la zona».

Recuerda el informe que los mayores daños se sufrieron en enero del 2014. Y que la evolución urbanística de la zona, que no es muy alta, «ha agravado los ya tradicionales problemas de erosión e inundabilidad costera existentes en la zona». No es algo exclusivo de Razo en la Costa de Morte, pero sí el único caso con decenas o centenares de miles de usuarios cada año, y con casas e infraestructuras en las inmediaciones.

En el proyecto, Costas detalla de manera técnica qué se ha hecho ya y qué se va a hacer, por tramos, en toda la zona afectada por los desprendimientos. Habrá que colocar sistemas de estabilización, con escolleras de vertido y de protección, rellenos de arena, muros de hormigón y de escollera, eliminación de áreas de aparcamiento (con independencia de las que ya prevé el plan especial local)... Antes que comiencen las obras de refuerzo de los taludes ya se eliminarán algunos pavimentos, se levantará una parte de la senda peatonal (para recolocarla más al interior) y se retirarán elementos de señalización y urbanización que son incompatibles con la ejecución de los trabajos.

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