Alberto Baña, de Camelle: «Creo na nosa terra, o turismo será o futuro da Costa da Morte»

Melissa Rodríguez
melissa rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Alberto, este viernes, en la tienda Guillermina Kids de Santa Comba
Alberto, este viernes, en la tienda Guillermina Kids de Santa Comba Ana García

La cantera del talento | Con 31 años, dirige dos tiendas de moda y una casa rural, y también es árbitro de fútbol, monitor de aeróbic y padre

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Baña Tajes (Camelle, 1992) tiene mucho recorrido a sus 31 años recién cumplidos. En el 2021 se casó y junto a su mujer, Noelia Castro Castro, abrieron una tienda de moda infantil y juvenil en A Ponte do Porto, Guillermina Kids, que en el 2022 se sumó a otra en Santa Comba. Ese mismo año se convirtió en padre.

A mayores, gestiona una casa rural en Camelle, El rincón de Alberto. Y por si fuera poco, lleva diez temporadas ejerciendo como árbitro de fútbol, labor que hasta hace poco compaginó con la de monitor de aeróbic, baile moderno, spinning y pilates. Todo, sin prácticamente salir de su tierra, la Costa da Morte, por la que apuesta, además, muy convencido. De hecho, sigue viviendo en su Camelle natal. «Eu fixen todo isto aquí porque creo na nosa terra. O turismo será o futuro da Costa da Morte», dice.

Hizo el ciclo de Técnico Superior en Actividades Físicas y Animación Deportiva (TAFAD) y continuó formándose en el sector. «Para min o deporte nunca foi un traballo. Sempre o tomei como un hobby», comenta. Antes de ser colegiado, fue futbolista. Vio en el cambio «unha fonte de ingresos». Probó, y le gustó. Ahora pita partidos en Primera Autonómica y otras categorías inferiores, y asiste hasta Tercera Nacional. Más allá de las quejas y otras actitudes a las que tiene que hacer frente, destaca dos aspectos, uno bueno y otro malo. La cantidad de gente que gracias a este trabajo conoció y la soledad de los árbitros, con muchas horas, incluso de coche, a las espaldas, pese a ser «unha familia» en la delegación de A Costa.

Como monitor en actividades deportivas tradicionalmente vinculadas a las mujeres empezó también de casualidad para cubrir una baja de su cuñada. Sin embargo, ya desde siempre fue un alumno más en estas clases. «Soltas adrenalina, chegas á casa novo», confiesa. Así, pasó por los concellos de Malpica, Ponteceso, Vimianzo y Camariñas. «Sentinme cómodo dende o primeiro minuto. Grazas a Deus, agora hai moitos homes que exercen, estase rompendo o xeo», defiende.

Noelia y Alberto
Noelia y Alberto Ana García

El gusto por la moda le viene de familia. Además, por partida triple. Sus padres ya emprendieron en la tierra del anacoreta Man hace 35 años. Luego fue el hermano de Alberto, en A Ponte do Porto y Fisterra. Y en plena pandemia, Baña Tajes y Castro Castro decidieron arriesgar en busca de una mayor estabilidad para los dos. «Gústanos a moda e os nenos, e vemos as tendas como algo moi necesario na zona», explica. «A xente está marchando para as cidades en busca de traballo, pero hai que pensar que cantos máis negocios haxa na comarca, máis xente haberá tamén», añade.

Ocupación alta

Con la casa rural ya empezó su padre, al heredarla. Inicialmente era un gallinero. Pero fue Alberto quien después tomó los mandos, dándole un toque más moderno, y explotándola mucho más. Tanto en las tiendas como en esta vivienda no le va nada mal. En esta última, el año pasado alcanzó, según traslada, una ocupación de 220 noches reservadas. Un «80 %» de los huéspedes son madrileños, incluso en el invierno, asegura. A través de este negocio contrata servicios de limpieza.

A nivel turístico, deja varias peticiones para los políticos. «Cada vez vén máis xente visitarnos. Habería que explotar o que temos un pouco máis». «Cando viaxas polo mundo, cóbranche por todo. Aquí temos un paraíso único. Os turistas alucinan», añade.

El motor que lo mueve es su hijo Mateo, de seis meses: «É a ilusión da miña vida enteira. O meu motivo, o meu día a día, todo».

En un tiempo me veo...

«Seguir coa miña familia e co meu traballo, co soño cumprido de que coidemos e potenciemos o diamante en bruto que é a nosa costa»