Hagamos una apuesta por una mañana diferente

Pedro G. Vieites ECONOMISTA

CARBALLO

04 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El profesor y premio nobel de economía Joseph Sthiglitz, en su libro El malestar de la globalización, afirma que los economistas suelen hacer referencia «al pegamento» que mantiene unida a una sociedad como el «capital social» cuando alude a la erosión que ha sufrido este en la desmembración de la antigua URSS, aquel contrato social que unía a los ciudadanos y su gobierno se rompió, en gran parte, por el modo en el que la clase dirigente «élite» realizó la transición en Rusia.

Según el CIS, los españoles tenemos una imagen muy negativa de nuestra clase política, de los partidos que en general suelen suspender con nota. Resulta curiosa y paradójica la situación en la que nos encontramos, dado que es a la élite dirigente, a los partidos políticos, a quienes encomendamos las reformas necesarias para salir de la grave crisis económica y social en la que se encuentra España, es decir, a los mismos que nos han llevado a ella y que son los que ahora nos intentan convencer de nuevo reiterando promesas y alternativas.

Tal vez ahora que comienza este año 2023 con un marcado espíritu electoral deberíamos tener presente aquello que Borges nos recuerda: «Vuestra cobardía y nuestra desidia tienen la culpa de que el mañana y el ayer sean iguales».

En España parece que nos hemos acostumbrado a consentir y aceptar una promesa tras otra, es más, en los últimos años se ha instaurado un régimen político que semeja estar cautivo de sus propias mentiras, un régimen que se ve en la necesidad de falsificarlo absolutamente todo, y así hemos sido testigos de la falsificación del pasado, del presente e incluso me atrevería a decir que del futuro y por su puesto de las estadísticas. Todo un torrente de mentiras o medias verdades que intentan anular cualquier posibilidad de disidencia o discrepancia, tanto desde el punto de vista económico como político que, en mi opinión, han diluido el pegamento que nos mantiene unidos como sociedad poniendo en entredicho el contrato social que vincula a ciudadanos y gobierno.

Nos hemos tapado la nariz

Los españoles nos hemos tapado la nariz y boca para no oler y gritar mientras la nave se dirige sin rumbo hacia la tormenta perfecta y lo que es más preocupante los distintos gobiernos y la sociedad española semeja que hemos renunciado a una España de ciudadanos libres e iguales. Como dice y sostiene Yascha Mounk autora del libro El pueblo contra la democracia equiparar democracia a la «voluntad de pueblo» es un problema que pone en riesgo la democracia misma. La democracia nunca ha consistido solamente en votar en unas elecciones ni en votar un referendo circunscrito a un único tema en particular, la democracia constituye un modo de equilibrar objetivos políticos diversos, sobre todo en lo relativo a aquellas cuestiones difíciles que pueden tener consecuencias serias para una comunidad de ciudadanos durante épocas.

Desde la crisis financiera del 2008, hemos acudido a las urnas en varias ocasiones pero desde entonces se ha ahondado y agudizado más en la desigualdad de los ciudadanos, es muy preocupante el número de personas que se han instalado en el umbral de la pobreza y emergencia económica, por lo tanto, sugiero que tengamos presente lo que Borges nos ha dicho para que el mañana pueda ser mejor que el ayer, sobre todo para las personas más vulnerables y perjudicadas por aquellas consecuencias serias a las que se refiere la profesora de la Universidad de Copenhague Yascha Mounk.