Aldemunde, tierra de dólmenes, arte e impresores

LUIS ÁNGEL Bermúdez

CARBALLO

JOSE MANUEL CASAL

El retablo parroquial seguramente fue tallado por algún ebanista local

04 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Aldemunde es la parroquia más pequeña, en población, de Carballo y, junto con Montemaior, de las pocas de la zona que está bajo el patronazgo de santa María Magdalena. En sus términos podemos destacar no solo el dolmen de A Pedra Moura, sino también su humilde iglesia, hoy profundamente reformada.

La falta de libros parroquiales que certifiquen las etapas constructivas que sufrió nos lleva a acudir a otras fuentes, como las visitas pastorales. En 1742, el visitador muestra su morfología: «La capilla mayor fayada, el cuerpo está la mitad fayado, mandose concluir, tiene un cáliz de plata (…) que compongan el atrio». Por el contrario, en la visita pastoral de 1791 se refleja la necesidad de ser reformada y, seguramente, puede darnos indicios de que alrededor del año 1800 pudo llevarse a cabo la construcción fachada: «Iglesia nueva sin crucero la que no obstante ser nueva necesita volver a reedificar la fachada por haber salido falsa». Del mismo modo, esta visita recopila las pocas imágenes que en aquel entonces existían: «La imagen de la patrona, la de San Antonio y la de San Mamed».

El campanario desentona en el conjunto de la fachada, ya que fue hecho de cemento armado y posteriormente pintado de blanco y gris. En él se aloja una campana fundida por Ocampo en Arcos da Condesa y otra, la más pequeña, adquirida hace unos decenios.

Actualmente, la iglesia se encuentra presidida en su interior por un sencillo retablo, de hechura popular, que intenta emular una pieza de corte neoclásico. Sin embargo, las imperfecciones de la talla nos dan a entender que el retablo bien pudo ser construido por un carpintero o ebanista de la zona, y se le incorporó después un sagrario neogótico.

A principios del 2021 tuvo lugar la restauración de todo el conjunto: tras eliminar un repinte de regular calidad de color azul y purpurina, apareció la sencilla policromía original, que imita jaspes y mármoles. La iglesia conserva, del mismo modo, varias tallas que repasan varios estilos: se pueden encuadrar en estilo barroco las imágenes de santa María Magdalena, san Antonio abad y san Antonio de Padua; en el siglo XIX, las de la Dolorosa (atribuible a Rodeiro) y san Miguel arcángel y, finalmente, del siglo XX y de talleres compostelanos, la Virgen del Carmen y santa Marta (obra de José Rivas, año 1929 y 310 pesetas por su adquisición). También del pasado siglo, pero hechas en escayola y de la casa Olot, son el Sagrado Corazón de Jesús, san Roque y el busto del famoso Cristo de Limpias.

Orfebrería

En cuanto a la orfebrería parroquial, la iglesia tiene un cáliz del siglo XVIII (posiblemente el que recoge la visita pastoral de 1742 y que pudo ser realizado hacia esa fecha), así como otro de hechura moderna, imitador de los «neos» que se sucedieron en la pasada centuria. La cruz parroquial es de escaso valor, de cobre plateado, y la custodia sacramental, que sigue el modelo del ostensorio de Rus y que puede datarse entre finales del XVIII y principios del XIX, es de plata sobredorada.

El topónimo Aldemunde originó también un apellido que, según las estadísticas, se encuentra arraigado en la zona de Santiago. Fue en esta ciudad donde desarrolló su actividad el impresor Antonio de Aldemunde que, si no procedía él, pudo tener un antepasado natural de esta parroquia carballesa. Antonio de Aldemunde se formó en la imprenta de Benito Antonio Fraiz, a principios del siglo XVIII, estableciendo su propio taller hacia 1704 y que ejerció su oficio hasta su muerte, ocurrida en 1727, tomando el relevo su propio yerno. Su obra es profundamente religiosa, como la impresión de sermones panegíricos o estampas jacobeas, gracias a la demanda catedralicia.