Pedro Tasende

Toni García de Seárez

CARBALLO

JOSE MANUEL CASAL

01 feb 2023 . Actualizado a las 10:51 h.

Ya entraba la noche apagando el cielo de Montevideo cuando recibí la noticia de tu muerte, Pedro… La luna del cielo austral me sometió a la tristeza más absoluta. Claro, sé que tuviste una vida llena de emociones, de buenos momentos, de ternura al lado de Marisa tu esposa, siempre arropado por sus besos, su cariño y los mimos de tus hijos... Y es que siempre fuiste muy familiar en tu hogar. Pero cabal, indomable y sabio en tu profesión de médico pediatra sin jamás resultar pedante.

Hace muchos años que no nos vemos, pero recuerdo tu viaje, tan esperado a Montevideo. Y también recuerdo el día que, desde los cielos celestes de esta tierra republicana, tu amigo Canedo te subió a un avión y desde las nubes fotografiaste esta «tacita del Plata», tan nuestra, tan tuya, tan mía, tan gallega.

Has escogido, amigo Pedro, un día verde y húmedo para dejarnos. Ya sé que hace algún tiempo que ibas por la vida con la muerte como vecina inmediata. Esa vecina siniestra que machaconamente hurga con rabia pegada a tus paredes. Y llegaste hasta donde fuiste capaz, querido Pedro.

Veo en la tele que hoy el tiempo en Galicia se enfureció y se volvió sombrío, triste y lluvioso, lleno de frío como un llanto al cielo.

Aristóteles le recordaba a Alejandro Magno: «No olvides que eres mortal». Todos, querido Pedro, tenemos marcado un camino. Ese camino que termina en la paz de los cementerios. Sin embargo, siempre nos queda la nube del misterio para que no se empañe el recuerdo de los que siempre estuvisteis en paz con vuestra conciencia.

Allí a donde llegues Pedro, estoy seguro que vas a ser recibido con todos los honores. Lo mereces querido amigo. Ahora, permíteme que llore un poco tu ausencia.