Juan Cancela, farmacéutico y ex guitarrista de Xocaloma: «Con 60 anos sigo sendo estudante de música»

Juan Carlos Cancela Calvelo (1962) nació en pleno centro de Carballo, en la calle Gran Vía. Sin embargo, los compases de la vida lo llevaron a aterrizar en la parroquia de Sofán hace ya 30 años. Allí sigue, en el lugar de Sofandónigo, dando guerra a diario, porque la da. «Eu son dos que entro nas casas e levanto os tellos das potas», cuenta entre risas.

En Sofán dice haber descubierto «un paraíso». Dirige una farmacia, lo que le permite estar en contacto directo con gran parte de los vecinos. «Raquel, o mesmo fai unha cura como ensina a mandar un Bizum. Anita Dinamita tanto prepara unhas cestas bárbaras de regalo para bebés como contrata as orquestras para o día da festa e intercede co concelleiro para que asfalten unha pista que así o require...», relata. De hecho, aún recuerda cuando un cliente, ahora fallecido, acudía todos los días a comprar una pasta de dientes para darles los buenos días y entablar un poco de conversación.

Su pasión por la música es tal que tuvo mucho que ver en que se decantara por estudiar esta carrera. ¿Qué tienen en común? Nada. Simplemente, que se pueden compaginar, en cierto modo, a la vez. Eso lo aprendió de un buen amigo. Así fue cómo durante años arregló letras y partituras de canciones para salir al escenario con distintas formaciones.

Juan Carlos es, como seguro recordarán muchos, el ex guitarrista de Xocaloma, el grupo folk que arrasó dentro y fuera de Carballo desde mediados de la década de los 70 hasta ya entrados los 90. Él se unió más tarde y estuvo hasta el final. También en otras agrupaciones, como Raigañas o Marea Baixa; de rock, en The Cerne, y otros estilos: la banda sinfónica de Melide, Paco Felípez y Quei con temas muy pachangueros...

Cancela Calvelo tenía a quien parecerse en la familia, tanto por parte materna, con su tío Eusebio y la bandurria, como por su padre Manuel y el piano. Así, con 9 años, empezó a formarse en la escuela Fogar. De ahí pasó a los coros de la iglesia: «Naquel momento, era a única posibilidade para actuar», recuerda.

Cuando estudió en Santiago, se introdujo en el conservatorio. Lo cierto es que nunca abandonó la música y a sus 60 años sigue perfeccionando la técnica en la Escola da Rúa. «Son o alumno máis rendible», bromea. «Asisto ás clases para manterme vivo. É o que me obriga a estudar durante toda a semana para continuar avanzando», comenta. De hecho, en estos momentos está descubriendo el jazz.

Juan camina por la calle y saluda a un lado y al otro. Tiene mucho carisma. El mismo que admira de Carlos O Perito, Ramón do Taller, Pepe das Casas Novas, Generoso dos Carrís, Manolo de Sara, Luis de Becerra y un largo etcétera: «Grazas por ensinarme tantas cousas e por aguantarme polo mal que xogo ao tute no Tarambollo. Marabillosos os chourizos de Cobas. Un saúdo para a comisión de festas de Artes. Ánimo Roberto!». Tampoco se olvida de los de Berdillo, Aldemunde...

Tiene mucha marcha, pero como él mismo recuerda, a punto estuvo de acabar siendo cura: «Compartín residencia cos do seminario. Ademais, pola vocación musical, os párrocos sempre me animaban».

Más anécdotas guarda este hombre en el tintero. Tiene tres hijos. A Juan, le aconsejó que estudiase Farmacia «para telo preto», recuerda. «Son moi familiar», puntualiza. En cambio, la especialidad lo llevó a Redondela. Joaqui, apunta a ser su relevo en Sofán, ya que también optó por esta rama. Y Bea, escogió logopedia.

Con ellos, sus nietos, Sofán, la Escola da Rúa y su mujer Beatriz quiere pasar el resto de su vida, «xa máis relaxado».

Son una familia de farmacéuticos y, también, de músicos. Mismo llegaron a actuar juntos, en bodas, su padre, Joaqui y él. Manuel Cancela es un habitual de la Coral de Bergantiños y además toca y canta en numerosos actos religiosos. Su hija fue a la Escola da Rúa, donde aprendió a cantar y bailar. En estas clases a las que Juan Cancela acude desde hace 20 años, comparte lecciones con niños y jóvenes.

---

---

---