Víctor Hugo Conde: «La fotografía para mí es afición total, y la Costa da Morte, mi pasión»

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Su cámara lo acompaña allí a donde va. Este ceense un habitual en citas culturales y deportivas de la comarca

20 ene 2023 . Actualizado a las 04:14 h.

Aunque nació en Caracas, Víctor Hugo Conde López (1974) es ceense. El nacimiento en Caracas fue anecdótico: «A mi madre la pilló allí. Había ido a trabajar una temporada en una empresa textil», explica. Fue alumno del colegio Manuela Rial Mouzo, primero, y del instituto Fernando Blanco, después. Se especializó en electrotecnia, hizo prácticas en la extinta Electra de Jallas y más tarde llegó al empleo que tiene actualmente. Víctor Hugo es inspector de medidas de Unión Fenosa, responsable de su unidad a nivel estatal, una profesión que lo lleva a viajar por toda España, lo que ha estimulado la afición por la que es conocido en la comarca: la fotografía.

En realidad, sopesa, la afición viene de mucho antes. Cree que fue por su primera comunión cuando su madre le regaló una cámara de carrete de 110: «Con eso sacaba yo todo lo que había, fotos, fotos y fotos». A partir de ahí fue mejorando adquisiciones: «Desde que tengo mis cámaras las llevo a todos lados. Si veo algo que me motiva, me detengo. Soy capaz de dar un kilómetro de vuelta para fotografiar algo que me ha llamado la atención. Si se puede, claro, no soy un loco», ríe.

Tenía 12 años cuando se inició como sacristán en la iglesia de Cee y eso, dice, le dio a pie a estimular su gusto por la imagen. Lo hizo en procesiones, comuniones... «Cuando ya pude tener coche, fue el no va más. Otro mundo», recuerda. En la fotografía deportiva se internó en la primera edición del circuito Correndo pola Costa da Morte: «Se me ocurrió que mientras corría podía hacer fotos». Y desde entonces no dejó de hacerlo, aunque lo de correr lo tuvo que dejar un poco de lado: «Las piernas ya no dan como antes, pero a los eventos sigo yendo».

No solo deportivos, pues Víctor Hugo publica en sus redes fotografías y vídeos en directo de actos diversos, muchos culturales, en Cee, Fisterra, Muxía... «Me invitan y yo agradezco esa invitación con fotografías. Y no solo voy a los que me invitan, si algo veo que me interesa, allí estoy. El año pasado estaba trabajando en Toledo, me encontré un concierto y saqué la cámara, aunque mi pasión es la Costa da Morte, todo lo que pueda hacer aquí lo es». Aprovecha el tiempo libre, una vez concluida la jornada laboral, días libres, vacaciones... Las jornadas de verano dan para mucho y la comarca rebosa vida y actividad.

Esta semana a Víctor Hugo le tocó trabajar en Madrid, así que en su tiempo de descanso también ha elegido acercarse a lo que se expone de la Costa da Morte, «y del resto del mundo», en Fitur. «Vivo de mi trabajo, la fotografía para mí es una afición total», explica.

«No hago las fotos para nadie, sino para mí. Voy, y si saliesen mal, no importa, son para mí, es mi responsabilidad. Después de tantos años sí hay quien me dice alguna vez: ‘Nos sacas una foto?’ Y eso aún me preocupa, porque ¿y si no queda bien?», añade. «Es algo que corre eso de que yo cobro en los sitios, pero no. Mis fotos son mías, mi regalo. La gente las ve, se ve en ellas, las comparte si le gustan... Comparto lo que hago después de hacer una selección, no cuelgo todo lo que hago, porque no me gusta que alguien se pueda sentir mal por ningún motivo, pero tampoco me gusta la edición», apunta.

Las redes sociales, en las que también se ha encargado de gestionar y crear contenido para varias páginas, son para él una plataforma que le han facilitado compartir su hobby. Ni siquiera se suele presentar a concursos: «Si lo hice alguna vez, fue más por cumplir que por otra cosa, porque me animaron a ello». Su hija Ainhoa ha ganado varios, literarios, y tiene obra publicada, pero él lo de escribir lo dejó siendo un niño, y eso que algún galardón se llevó a casa.