Una copia del cruceiro de Cheis está en un jardín privado de la provincia de Segovia

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

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Un escultor de O Rosal realizó la réplica en el 2015 por encargo de un cliente

10 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El temor a que un accidente deje Vimianzo sin uno de los mas antiguos cruceiros de Galicia, el de Cheis, ha hecho que surjan voces autorizadas que incluso se hayan planteado sustituir el original por una copia en el emplazamiento actual. El trabajo es complicado por los muchos elementos que tiene la obra, pero lo cierto es que no solo se puede hacer una réplica sino que incluso existe. Está desde el año 2015 en un jardín privado de la provincia de Segovia. La encargó un vecino de Madrid como regalo para su padre, que está vinculado a esta pieza única.

La realización correspondió a Julio Martínez, un cantero y escultor de O Rosal, en Pontevedra, que ha realizado una docena de cruces de este tipo, una de las cuales se encuentra en Texas, en Estados Unidos, pero también ha trabajado para clientes en el Reino Unido. Sin embargo, solo en dos casos le pidieron expresamente que se tratara de una copia de un cruceiro existente.

«Fui allí, tome medidas, saque las fotos y a partir de eso lo reproduje», explica Julio Martínez. No fue una tarea nada fácil. Reconoce que no se trata de una réplica exacta porque para ello sería necesario llevarse el original al taller, pero se hizo con todo detalle, lo que supuso mucho tiempo de trabajo. «Tiene muchas figuras, por eso le llaman cruceiro dos santos», recuerda Julio Martínez. Señala que tardó cuatro meses y medio en completar la labor.

Para ello realizó primero una copia en barro en tamaño real y con ello hizo un molde de escayola y empleó una máquina de puntos, con la que logró «más precisión».

Destacó la importancia artística de este cruceiro gótico. «Es único, muy raro, está muy sobrecargado de imágenes», explica. Sin embargo, una de las cosas que más le llamaron la atención es el riesgo que corría en el 2015. «Estaba muy abandonado, con árboles encima, a punto de caerle ramas que lo podían partir en dos, a pesar de ser uno de los más antiguos de Galicia», señaló.

El Concello de Vimianzo asumió la rehabilitación del monumento y del entorno, que fue excavado. Uno de los trabajos fue la reconstrucción del perímetro de observación y se configuró de nuevo el murete que lo protege, intentado incluso preservar los líquenes con la intención de alterar lo menos posible el paisaje que circunda el valioso Ben de Interese Cultural. Sin embargo, el principal temor es que resulte dañado por los árboles que hay en el entorno o por el hecho de encontrarse en un cruce.

Patrimonio de la humanidad en Vimianzo y Fisterra

Tras el encuentro celebrado hace una semana en Melide para poner en valor los cruceiros góticos de Galicia, los organizadores del acto han empezado a trabajar para conseguir los trece puntos acordados por los asistentes. Una de las primeras medidas es ponerse en contacto con los concellos en los que hay estos elementos, que en la Costa da Morte son los de Vimianzo (cruceiro de Cheis) y Fisterra (santa María das Areas), para arrancar los trámites para que se proponga el conjunto como Patrimonio Mundial de la Humanidad. La propuesta es concretamente inicial un proyecto colaborativo conjunto para lograr la presentación de la candidatura.

Calculan los especialistas que en Galicia habrá entre 10.000 y 12.000 cruceiros, pero la producción de los siglos XIV y XVI, antes de los postulados contrarreformistas derivados del Concilio de Trento (1545-1563) son muchos menos. De hecho apenas se han contabilizado una veintena y dos de ellos se encuentran en la zona. Son los de Cheis, en Bamiro-Vimianzo, y de santa María das Areas, en Fisterra.

El objetivo que se persigue es una «proposta de actuación conxunta para reivindicar a importancia e singularidade destes cruceiros góticos». Desde el Museo Terra de Melide, que realiza la propuesta, reconocen que se trata una iniciativa «ambiciosa e arriscada», pero señalan que son conscientes del valor de cada pieza «tanto no tocante ó seu significado histórico como polo seu repertorio representativo tanto no eido iconográfico como no estilístico».

Independientemente de lo que se consiga, los promotores de la idea son conscientes de lo positivo que sería «unha análise conxunta e unha promoción en común». Para ello señalan que sería necesario dejar de lado los «localismos» y hacer un trabajo participativo, que sería positivo para el sector cultura, turístico y socio-económico.