«Despois dun naufraxio, nas augas escuras traballas moi intranquilo»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ANA GARCIA

LOBOS DE MAR | Jesús Domínguez Caamaño | Es buceador del longueirón desde 1986, probablemente el más veterano de la Costa da Morte. En el 2015 encontró el cadáver de un joven desaparecido

29 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Jesús Domínguez Caamaño no quiere ningún protagonismo, pero es probablemente el buceador del longueirón más veterano de la Costa da Morte. Se sacó el carné en 1986 y todavía ejerce, tanto en apnea, en verano, como con compresor desde la superficie. Como la mayor parte de sus compañeros considera que la legislación de seguridad que para ellos estableció el Gobierno central, y que les obliga a enrolar a tres personas por embarcación, no tiene sentido. «Un buzo deportivo pode ir a Touriñán ou a calquera sitio el só coa súa boia e eu non podo facelo», explica.

Su ansia por pasar desapercibido se esfumó cuando hace poco más de siete años, un 7 de octubre del 2015, se encontró con el cadáver, dentro de su coche, de un joven que estaba desaparecido desde hacía más de un mes. «Coincidiu que estaba pola zona», explica. Se refiere a la parte posterior de la depuradora de Cee, en la ría de Corcubión. La zona había estado cerrada al marisqueo y el hallazgo fue justo al día siguiente de la apertura. «Cando vin o coche negro xa sabía o que era. Non había dúbida ningunha», señala. Avisó a emergencias.

Se considera valiente para muchas cosas, pero reconoce que le asusta encontrarse cuerpos en el mar. «Despois dun naufraxio, nas augas escuras traballas moi intranquilo», señala«Ao que non lle podes ter medo é ao mar, é malísimo», dice. Se le debe respeto, sin embargo, y señala que se trata de un trabajo cada vez más seguro. Nada que ver cuando él empezó, con apenas 15 años.

Nació en Sardiñeiro, en 1963, tiene su lancha en Corcubión y vive en Cee. La Yenka la compró en Muxía hace más de 20 años y le dejó el nombre que tenía, el que hace referencia a la canción que popularizó el Dúo Dinámico mucho antes de que él naciera. La adquirió cuando le obligaron a ir al mar en una embarcación para ejercer un oficio en el que ya llevaba quince años de forma oficial. El fuerte viento del sur lo mantiene parado desde hace días y está preocupado por ello, más que nada porque tiene dos tripulantes que dependen de él. Ha tenido bastante suerte porque resulta muy complicado a estas alturas encontrar gente para trabajar en el mar, «ou en calquera outro lugar», añade.

Puerto de Sardiñeiro, en una imagen del 2008
Puerto de Sardiñeiro, en una imagen del 2008

Nada que ver con cuando era niño. Recuerda que se enroló siendo un adolescente, como era habitual entonces, en el barco de unos parientes. Le costó un poco porque entonces lo que sobraban eran trabajadores y él no tenía ninguna experiencia, por lo que, al principio, solo le dieron la mitad de una parte, que es lo que se llevaba un hombre experimentado.

Permisos

Ahora tiene permisos para la navaja, el longueirón y el erizo, aunque también puede ir al pulpo. Sin embargo, el marisco le da suficiente para vivir. Recuerda aún el tiempo en que faenaban de lunes a lunes, sin los descansos del fin de semana, y sin horarios. Ahora cree que son demasiado exigentes con ello porque en el mar no se funciona como en tierra.

Además de pescador y buceador ha hecho sus pinitos en la marina mercante, aunque también llegó a ejercer de albañil durante unos meses a 300 pesetas el día. Estuvo en Balearia, la compañía que lleva pasajeros, mercancías y vehículos por el Mediterráneo e hizo una sustitución en un remolcador, en el Sar Gavia. Fue durante el verano, por lo que poco más hicieron que ejercicios de navegación, aunque ese barco sí que intervino en varios sucesos en el mar. Echa de menos de esa época los horarios y, sobre todo, la seguridad de cobrar cada mes, algo que los trabajadores de la flota de bajura desconocen completamente.

«Cando foi do Hortensia eu estaba na fragata Extremadura»

Jesús Domínguez hizo la mili en la Armada. «Cando foi do Hortensia eu estaba na fragata Extremadura», rememora. Debían andar, calcula, por delante de Fisterra, de maniobras, y les pilló el enorme temporal. «Os madrileños, que mal o pasaron», dice. Explica que el buque iba cerrado, que no se podía salir apenas al puente, por lo que el terrible movimiento del mar debió hacer las cosas muy difíciles para la marinería. Reconoce que él raramente se marea, pero ese día no lo debió pasar nada bien.

El huracán Hortensia fue voraz
El huracán Hortensia fue voraz

Apunta que, estando en la mercante, ha pasado momentos incómodos cuando tenía que ir a la zona de máquinas, más que nada por los olores derivados del gasoil. Señala que, cuando empezó en el mar, lo normal era que pasar todo el día mojado, por lo que al llegar al barco buscaban el calor de la zona de máquinas, pero los gases terminaban por hacerlos desistir.

Eso de marearse en los pesqueros tampoco es tan raro, explica Jesús Domínguez, que, de hecho, ha visto varios casos a lo largo de su vida. Hace años, Sardiñeiro no tenía el puerto que tiene ahora y había que ir en chalana hasta el pesquero, lo que hacía que en invierno especialmente, terminaran embarcando mojados, y lo mismo ocurría de regreso. Probablemente era de las cosas más duras que vivían los marineros.

Ahora, en la localidad fisterrana hay un muelle y más servicios, pero apenas se utilizan. Solo algunos meses de verano las lanchas se llevan allí. Sigue sin ser una rada segura a pesar de la inversión que realizó la Xunta, por lo que casi todos los mariscadores y pescadores de esa zona guardan las embarcaciones en Corcubión que, según consideran los marineros, tampoco termina de ser un enclave seguro.