Leo Bassi: «A mis 70 años empiezo a entender por qué soy como soy»

P. Blanco, F. Rodríguez CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

ENTREVISTA | «Es fantástico ser viejo», reivindica el cómico italiano. ¡No pensaba llegar ni a los 50! Hoy trae a Carballo «70 años: Leo Bassi», una nueva función de sala en el FIOT

16 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Payaso, bufón, agitador de emociones. Utopía. Optimismo como máxima vital. El humor como herramienta. Con estas claves uno puede situar a Leo Bassi (1952). El afamado cómico vuelve a la Costa da Morte y lo hace regresando, hoy mismo, a Carballo. Aquí fue su primera actuación en Galicia, hace 25 años, y también en el FIOT, como esta noche: 20.30 horas, auditorio del Pazo da Cultura, espectáculo «70 años: Leo Bassi» (estreno en Galicia, 10 euros, ataquilla.com). Antes, a las 18.00, tomará parte en una nueva edición de la Escola do Espectador nas Ondas. Charló el jueves con Radio Voz.

—Bienvenido nuevamente.

—Gracias, estoy feliz de volver a Galicia. Voy a menudo y siempre con gusto. Hay algo... el océano, el viaje, me siento muy bien ahí. He estado en varias ocasiones, y a veces por motivos tristes, como el chapapote. Fui voluntario, intentando ayudar.

—Dicen que veinte años no son nada, pero 70 ya son unos cuantos. ¿Qué ve si mira hacia esos más de 60 en los escenarios?

—Cuando tenía 30 o 40 le aseguro que pensaba que a más de 50 no llegaba, vivía a tope. Pensaba que sería de esos artistas que se morirían jóvenes. Ahora miro mi DNI, van 70 y... ¡hostia, qué sorpresa! Mi espectáculo es, por eso, una fiesta con el público.

—Trae humanismos, instintos...

—No es nostalgia, es un repaso. A los 70 años empiezo a entender por qué soy como soy. Y uno de los recuerdos que tenía olvidado es que mis padres me habían llevado a ver la explosión de una bomba atómica de niño. Eso cambió mi vida. Todo lo que vino después es consecuencia de aquello... [ríe].

—Leo Bassi radiactivo.

—Exacto... Hace unos años murió mi madre, y me entregó bobinas de 8 milímetros. Mirando estas películas veo esa explosión nuclear, estábamos a 25 kilómetros de la bomba, comiendo patatas fritas. Fue en Estados Unidos. La gente hacía turismo para verlas... y eso yo lo tenía olvidado. Uno de los grandes momentos del espectáculo será este, cuando el público vea esa explosión filmada por mi padre. La obra es un repaso de mi vida, y de algunas experiencias extraordinarias...

—¿Reivindica de alguna forma la veteranía, la vejez...?

—Vivimos en una civilización y en una época donde todo son los jóvenes, los jóvenes... Yo soy más feliz ahora de viejo. Mucho mejor con 70 que con 20. Es fantástico ser viejo y creo que soy mejor actor ahora que hace veinte o treinta años. Más tranquilo, relajado... Yo estoy lleno de proyectos, en un momento único, y la civilización oculta todo esto.

—Hace 25 años, su creatividad y carácter transgresor marcaron un punto de inflexión en el FIOT carballés. Usted sacó a los espectadores del antiguo Cine Rega a la calle y desde entonces el festival no ha dejado de innovar, de querer sorprender...

—¡Qué bueno! No lo sabía. Sé que el festival tiene esa presencia callejera, y pensar que en algo he podido contribuir yo a eso en un gusto, la verdad. Es cierto que una parte importante de mi pensamiento es que uno no es payaso solamente durante la hora y veinte minutos que está en el escenario. Yo soy así, así que si me vienen las ganas de sacar la gente a la calle, lo hago. No soy un actor profesional, yo soy un hombre payaso que quiere divertirse en la vida.

Entrevista completa en Voces de Bergantiños (programa del jueves 13 de octubre): puede pinchar aquí