David Vaz y Barca Toba repiten sus triunfos en O Gran Fondo

Antón Lestón Lago
Antón Lestón CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Basilio Bello

Una parada cardíaca de un ciclista local supuso el gran susto de la jornada

11 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Poco podemos decir los ciclistas después de esto, porque solo hay que mirar la cara de felicidad por haberla completado y por disfrutar de un recorrido así de espectacular», comentaba el campeón olímpico en Pekín 2008 Samuel Sánchez al terminar la séptima edición del Gran Fondo Ézaro. Dejando aparte el tremendo susto de un ciclista no inscrito que sufrió una parada cardíaca en el Muro de hormigón, el transcurso de la prueba y la organización de la misma volvió a encandilar a más de medio millar de apasionados por el deporte de las dos ruedas. Y eso que había algún motivo para no ser tan optimista, como la ola de calor o el exigente nuevo trazado de la ruta larga, pero al final, todo funcionó.

La cita comenzó puntual, a las 9.00 horas, con cielo despejado y una temperatura agradable de 19 grados. Unas doscientas personas se acomodaron a lo largo del paseo marítimo para ver la salida, que formó una piña que no se rompió hasta la zona del Cabo Touriñán más que por algunos rezagados con problemas mecánicos. Concretamente fue en Frixe donde, sobre las 11.10 horas, la organización decidió dar rienda suelta al pelotón, que agradeció la niebla marítima que encontraron en Muxía, por el aire fresco que supuso. A partir de entonces, el paso por Fisterra, Corcubión y Cee de vuelta a O Ézaro fue de verdadero vértigo, con velocidades que alcanzaban los 70 kilómetros por hora. Varios se intentaron descolgar, pero a la imponente subida al mirador, llegó un grupo de cabeza bastante unido sobre las 12.00. El sol seguía sin apretar demasiado, con 21 grados, pero la pendiente se hizo dura. No obstante, la preparación de los anotados quedó patente con las rápidas ascensiones, que suponían el final de la ruta corta.

Philipe Le Peurien, fue el primero, quince segundos por delante del histórico Roberto Heras, el máximo ganador de la historia en La Vuelta a España y que fue portador del número 1 de la carrera en forma de homenaje. Tercero fue Juan Luis López, del club Louriña de Porriño. Del mismo equipo es la muxiana Barca Toba, que se llevó el triunfo por segunda vez en la corta femenina, con Julia Rubio de segunda y Mon Constela completando el podio. No obstante, el más rápido en subir por primera vez el mirador fue José Antonio Lado Lestón, con más de 65 años, que lo hizo en 6.35 minutos.

A medida que los del trayecto corto se iban quedando en meta, los cortes del crono estipulados por Tráfico fueron siendo cada vez más exigentes para los ciclistas que decidieron atreverse con el recorrido largo, que continuaron pasando por encima de la presa de Santa Uxía. Todavía les esperaban dos ascensos muy duros, como los del Alto da Ruña y el de As Paxareiras, pero la fugacidad con la que tomaron la bajada, provocó que los líderes de carrera encarasen el tramo final sobre la 13.15 horas. Pasando O Pindo, David Vaz y Eduardo Estévez lograron descolgarse. Una ventaja que mantuvieron hasta la meta, a donde llegó primero David Vaz. El portugués, de Viana do Castelo, ganó por cuarta edición consecutiva y le sacó un minuto a Estévez y algo más a Damián Ramos, que fue tercero.

Además de los corredores, merece mención especial la legión de colaboradores con la que contó la prueba dumbriesa. Entre Protección Civil, Tráfico, Policía Nacional, Policía Local y distintos clubes de deportes de motor se encargaron de la correcta señalización. El empresario local Manolo Senra cedió coches de su empresa, mientras que cientos de voluntarios ayudaron en los avituallamientos.