Presumamos del patrimonio de Bergantiños

Luis Ángel Bermúdez

CARBALLO

BASILIO BELLO

En primera persona | Escribe Luis Ángel Bermúdez, experto en arte religioso | La iglesia de Santa Baia originó mi predilección por el estudio de la historia y el arte

26 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Bergantiños es una comarca que puede presumir de muchas cosas, no solo de sus gentes, sino también de sus paisajes, playas y, como no, de su rico patrimonio, que repasa todos los períodos de la historia y los movimientos artísticos que se fueron sucediendo a lo largo de los siglos.

Destaca, así, el arte religioso de este arciprestazgo, ejemplarizado a través de sus capillas, cruceiros o de sus iglesias; una de ellas, la de Santa Baia de Castro, es el máximo exponente en el barroco rural de la zona, al contar con un impresionante retablo barroco y una singular fachada pétrea. Si la iglesia de Santa María de Rus merece el título de la «Catedral de Bergantiños», la de Castro no se queda atrás, ya que podríamos titularla la «concatedral» o la «colegiata de Bergantiños».

Presumo de la iglesia de Santa Baia, tanto por ser feligrés de esta parroquia, como también por la causante y la que generó mi predilección por el estudio de la historia y del arte. Del mismo modo, en esta iglesia comencé a ayudar como monaguillo al párroco José Gerpe Barreiro, lo que me llevó conjuntamente a mi afición por la música religiosa, acompañando desde hace varios años una gran cantidad de actos religiosos a lo largo y ancho del noroeste de la provincia de A Coruña y, desde hace año y medio, a colaborar como cantor de la Catedral de Santiago.

Tras cursar primaria y secundaria en Coristanco, así como el bachillerato en Carballo, estudié Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Compostela, donde obtuve el título de graduado de esta carrera en el año 2020. Posteriormente, en el 2021, cursé en esta misma universidad y en la de Las Palmas de Gran Canaria el máster de Gestión del Patrimonio y, en pocas semanas, concluiré el Máster de Estudios Medievales.

A lo largo de estos años de estudio, uno de mis principios ha sido aprovechar los distintos trabajos académicos para investigar aspectos de la comarca de Bergantiños, ya que todavía tenemos un gran vacío de publicaciones de tipo científico acerca de su historia y de su patrimonio. Por tanto, con motivo del Trabajo de Fin de Grado estudié la imaginería y la retablística; en el Trabajo de Fin de Máster de 2021, las visitas pastorales del municipio de Coristanco y su importancia para estudiar el arte religioso y, finalmente, en este año 2022, con objeto del TFM, el monasterio que existió en la parroquia coristanquesa de San Mamede de Seavia, suprimido en los años finales del siglo XV y que contaba, por lo menos, con cuatro siglos de existencia.

En los últimos años, aparte de compaginar los estudios con la asistencia a cursos relacionados con estos, la colaboración pastoral con Jorge Iglesias Negreira en las parroquias de Rus y Entrecruces o cantar en las parroquias del arciprestazgo, por iniciativa del actual deán, José Fernández Lago, pasé a ser uno de los cantores de la Catedral en los primeros meses del Año Santo: primero, asistiendo solo los domingos por la tarde para, posteriormente, acudir toda la semana, excepto los sábados.

Fernández Lago me animó, también, a publicar dos novenas, estrechamente vinculadas a dos santuarios de la zona: la novena en honor de san Pablo ermitaño, que cuenta con una capilla en la parroquia de Entrecruces y, hace unos meses, la novena de santa Margarita, cuyo santuario se encuentra en la parroquia de Montemaior. En los primeros días como cantor en la Catedral, me producía cierto nerviosismo desempeñar este cometido ante miles de personas aunque, sin embargo, al final de cada misa llena de gran satisfacción que muchas vengan personalmente a felicitarte en sus respectivos idiomas.

Tipos de peregrinos

Al estar varias horas a lo largo del día dentro de la Catedral, especialmente en los meses de verano donde miles de peregrinos acuden a ella, uno contempla las distintas actitudes con las que llegan estos romeros: unos comienzan el camino por motivos ajenos a la religión y, sin embargo, experimentan algo durante esos días que les hace mudar interiormente; otros, en cambio, hacen el camino como un medio de desconectar de la velocidad de este mundo, para reflexionar y encontrar un sentido a su vida.

Uno de los emblemas más característicos de la Catedral compostelana es el botafumeiro, nacido no para perfumar el ambiente como se ha defendido, sino más bien con una función litúrgica en momentos puntuales del año, especialmente con motivo de las procesiones capitulares. Pues aparte de cantar decenas de veces el famoso himno Santo adalid, que acompaña su balanceo por las naves de la basílica, he ayudado unas cuantas ocasiones a tirar de él junto con los tiraboleiros que, aunque no lo parezca, deben de actuar todos al unísono para que el vuelo se haga de forma correcta y no dé algún susto a los asistentes, como sucedió en el pasado.

Pensando ya en el futuro, desde que inicié mis estudios universitarios siempre tuve el objetivo de hacer la tesis doctoral donde, como no puede ser de otra manera y como indiqué en la introducción de esta reseña, la temática girará en torno al arte religioso en el arciprestazgo de Bergantiños, como una conclusión a las pequeñas investigaciones que hice a lo largo de estos años.

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