Los de Carballo sorprendieron junto al Pabellón de Ourense, que colidera la tabla
19 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Había ganas de fútbol 7 en As Eiroas después de tres años sin su reconocido torneo alevín, y eso quedó demostrado al poco de echar a rodar el balón, o incluso antes, cuando ya se vivía un gran ambiente tras la llegada de los equipos y sus familias. Y eso que la ausencia a última hora de la Academia Caimán de Senegal, por problemas con los visados, dejaba un formato un poco extraño con siete conjuntos, lo que retrasó el inicio de la competición hasta las 11.05 horas, cuando los dos representantes de la Costa da Morte debutaban. El Luis Calvo Sanz remontó el tanto inicial del Lugo para poner en marcha una gran jornada en la que también fueron capaces de ganar al todopoderoso Celta de Vigo (0-1), mientras que la selección comarcal comenzó cayendo de forma muy ajustada ante el Lugo primero (2-1) y contra el Sporting después (2-0), demostrando su gran nivel.
Fueron varios los jugadores que destacaron, pero la jugada que más encandiló al público allí presente fue la de Óscar del Lugo, que recortó distancias ante el Deportivo gracias a un gol que anotó luego de hacer cuatro caños en la misma acción, el último al portero.
Variedad y diversión en las gradas
La misma disputa cordial e ilusionante que se llevó a cabo en el césped se trasladó a las gradas de As Eiroas, donde familiares y amigos de los jóvenes protagonistas ocuparon la grada principal y una parte de la grada del fondo. Una gran multitud que se lo pasó en grande durante toda la mañana y por la tarde, creando toda una batalla de cánticos en la que salieron vencedores los aficionados del Sporting de Gijón, que pusieron la banda sonora con sus tambores, del Lugo y del Deportivo.
El único silencio de la jornada llegó a la hora de comer cuando, gracias a la organización del club, los siete equipos, junto a sus espectadores se desplazaron a los restaurantes Punta del Este, Refugio y Alaska para disfrutar de un merecido menú antes de afrontar el tramo más exigente de partidos por la tarde, cuando cada conjunto jugó, como mínimo, tres veces.