Isabel Rey: «Marchei porque polo mesmo traballo en Roma pagaban cinco veces máis»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana García

Personas con historia | Eligió Roma porque tenía allí conocidos que la pudieran acoger en un primer momento y porque «o idioma era bo de entender e de falar», explica. Sus ganas de trabajar la obligaron a hacer la ESO con más de 50 años y es conocida porque durante años fue la cuidadora de Asunción Antelo, la Rexoubeira de Bergantiños

16 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con 19 años Isabel Rey Porteiro (Segufe, 1964) se marchó a Roma. Había dejado el colegio en sexto de primaria para trabajar en alguna casa e incluso recoger fresas en Suiza, pero ganaba poco. «Marchei porque polo mesmo traballo en Roma pagaban cinco veces máis», explica. Después de un par de empleos de poco tiempo, acabó por quedarse con el Ejército. Estuvo en la capital italiana 22 años, la mayor parte de los cuales se los pasó haciendo las camas de los oficiales de todo el mundo que se alojaban en el cuartel Pío IX. Llegaban a Roma para hacer trabajos y gestiones de todo tipo en sus embajadas y vivían en ese edificio.

Al principio compartió piso en la ciudad, pero ser de Segufe da carácter y acabó alquilando una casa cerca de la capital italiana, a poco más de 30 kilómetros, que se convertían en casi tres horas de viaje por el infernal tráfico romano. El autobús que la llevaba de ida apenas no llegaba a emplear una hora, aunque partía a las cuatro de la madrugada y a esas horas Roma aún era una ciudad tranquila. Lo peor era la salida. «Acababa de traballar ás dúas e xa sabía que non chegaría ata ás cinco», recuerda.

Cuesta imaginarla tanto tiempo quieta, esperando a que se fuera diluyendo la circulación para llegar a casa, porque Isabel Rey no para un segundo quieta. «Abúrrome», confiesa.

No fue por eso que con 52 años cumplidos se puso a sacarse la ESO, lo hizo en Fonteboa, un centro al que está ligada de muchas maneras. Su trabajo cuando volvió de Roma ha sido siempre el de cuidadora. Es conocida y reconocida por haber estado al cargo de Asunción Antelo, Rexoubeira de Bergantiños, pero para ser contratada necesitaba un título que no tenía por esas ganas de no parar que todavía le duran. Le costó ponerse de nuevo con los libros. «Foi como empezar de cero», asegura, pero a base de mucho esfuerzo logró el título que hoy le permite ganarse la vida. «Volvín á escola, igual que os rapaces, pero xa non tes a cabeza para iso», señala. Compartió entonces su situación con muchas personas que estaban en la misma situación

Entusiasta del movimiento, el Día da Bicicleta que organizaban La Voz de Galicia y Radio Voz Bergantiños consiguieron que volviera o subirse sobre las dos ruedas después de 40 años. Tal afición le cogió que no faltó a ninguna convocatoria próxima a Carballo, pero tampoco perdía ocasión de hacer todos los días que podían un recorrido de unos 20 kilómetros. Formó parte de Media Ducia el club que durante muchos años colaboró con la exitosa iniciativa que recorrió la Costa da Morte durante mucho tiempo.

Setas

Tampoco perdona las salidas en busca de setas. Es una micóloga entusiasta que ha conseguido auténticos récords en la zona, incluido un sabroso Boletus Edulis de 1.350 gramos.

Ahora se arregla una casa que compró en Seavia y escapa a ella siempre que tiene algo de tiempo. Muchas veces la están esperando zorros, a los que da algo de comer y que prefieren el bizcocho casero a cualquier otra cosa. Tal ha llegado a ser la intimidad con alguno de ellos que se los han encontrado en la misma puerta e incluso han entrado. «Se lles dás comida e non lles fas nada collen confianza», dice. En este sentido, ella no es nada rencorosa, aunque tendría motivos para ello. Una puerta mal cerrada en el corral donde tiene gallinas y otras aves fue un gran descubrimiento para los zorros, que durante días se dieron grandes festines. Incluso ahora, completan el menú del bizcocho con algún que otro pollo despistado.

«Estou pensando volver saír ao mundo, hai que moverse, senón abúrreste»

Sus años en Roma fueron probablemente los mejores de su vida. Ahora está pensando en volver a irse, que la Costa da Morte le está quedando pequeña. No es de extrañar, De la capital italiana recuerda especialmente los monumentos, «as catacumbas» y todo lo que una de las ciudades más hermosas del mundo puede ofrecer. «En cada rúa vías a historia», dice. Recuerda el palacio Sacchetti, que su propietaria, una marquesa, puso a la venta. «Tiña unha biblioteca enorme, inmensa e os teitos das habitacións eran como o da capela Sixtina, pero máis pequenos», dice.

Recorre la zona buscando rutas interesantes, para hacer a pie o en bici, un vehículo que había abandonado a los 5 años y que recuperó a los 45 en un Día da Bicicleta. También anda por ahí denunciando basureros incontrolados que todavía quedan por el monte o los mejores lugares para recoger setas también en primavera, informaciones que comparte con otros aficionados.

Madre

Volvió de la emigración para cuidar a su madre enferma y para ocuparse después de su padre. Sigue con ese trabajo de forma profesional después de estar con Asunción Antelo, de la que dijo que aprendió mucho. Reconocieron su trabajo con la Rexoubeira de Bergantiños varias entidades en los actos de recuerdo que hubo tras su muerte. De hecho recibió el Labregha Berghantiñana en el año 2017, en las Festiletras organizadas por la asociación Monte Branco, también por seguir abriendo, antes de que comenzara la pandemia, la casa museo de Seavia.