Del pan de huevo a la empanada «tipo pizza», que todo lo admite

M. L. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Empanadas en Forno Novo
Empanadas en Forno Novo Ana García

ESPECIAL EL PAN EN LA COSTA DA MORTE | No solo de pan vive un panadero. La brona, en alza ante la cercanía del San Xoán

25 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Empanada de maíz con berberechos... concha incluida? Sí, han leído bien. En la Costa da Morte no es demasiado popular, pero en muchas localidades del sur de Galicia esta preparación tiene su público. «Cando falamos de empanadas hai que pensar na pizza, pois ambas son elaboracións que admiten practicamente todo», dice Carlos Trigo, de Forno Novo. Aunque lo de la piña no lo ve demasiado claro. «Se alguén ma pide probaría a facela [ri], pero non sei eu como quedaría. O que fai moita xente agora é meterlle produtos que non son típicos galegos, pero que casan moi ben», añade.

Las posibilidades son infinitas y, de hecho, en Forno Novo, más allá de los sabores clásicos, las hacen también de zamburiñas, zorza, pollo, champiñones, sardinas, berberechos o bacalao acompañado por gambas, navajas o zamburiñas. No obstante, lo de siempre sigue triunfando. «Nós facemos de carne, bacallau, bonito e polbo, pero segue sendo o bonito o que máis se vende, porque é un sabor que gusta a todo o mundo», señalan desde Benigno Andrade.

La clave, como todo, está en la calidad de la materia prima utilizada. Tras el estallido de la guerra en Ucrania, y con la posterior crisis de suministros, algunos obradores se las han visto y deseado para continuar con la producción y, sobre todo, mantener medianamente los precios de venta al consumidor final. El encarecimiento de la harina y del aceite de girasol, así como el disparado coste de los combustibles, han obligado a actualizar las tarifas, pero los panaderos aguardan que la situación se estabilice para que, al menos, el pan pueda volver al precio de antes. «É un produto de primeira necesidade», dicen.

Y consumido todo el año, no como otras elaboraciones que son más estacionales y que se demandan solo en determinados momentos del año. Véase ese roscón de Reyes, esas orellas de entroido, esas filloas cuando llega el tiempo del cocido o el pan de maíz, que empieza ya a despuntar ante la proximidad del San Xoán. «Estase vendendo xa bastante polo tema da sardiña», dicen desde Benigno Andrade, aunque su popularidad no es la de antaño. «Eu recordo, de cativo, comer brona todo o ano e a tódalas idades, pero agora xa é algo residual e que se concentra máis nestes meses», señala, por su parte, Carlos Trigo, que tiene establecimientos en Malpica y Carballo.

Ana García

En el apartado dulce, triunfa el pan de huevo, esa jugosa rosca salpimentada con azúcar que marida con prácticamente cualquier menú, así como los bizcochos de tipo casero, la larpeira rellena de crema pastelera o el pastelón de hojaldre, postres que pueden verse en cualquier reunión familiar en esta época de festividades veraniegas. La de manzana o piña, la clásica de queso [sea fría o de horno], el tiramisú o la tarta de la abuela son algunas de las sobremesas más socorridas.

«A mocidade vén informada e pedindo cousas novidosas»

Lo que tienen claro los obradores consultados es que las nuevas generaciones entran a sus comercios mucho más informadas y pidiendo novedades. La creciente venta de panes de semillas o de aquellos elaborados con diferentes tipos de aceite dan buena cuenta de ello. Lo mismo ocurre con empanadas y postres: «A xente de idade sigue pedindo o de toda a vida. Se lle ofreces unha empanada de bacallau con gambas non a queren, prefiren cinguirse ao clásico», aseguran.