«Es la primera vez que vengo y me ha parecido una prueba preciosa», comentaba ayer Alejandra Neira, «además, a mí me gusta mucho embarrarme y esta fue la mejor ocasión». Eso sí, confiesa la joven, que ya ganó otros duatlones en Valdoviño y Cedeira, que la prueba se le hizo dura por la lluvia: «Se resbalaba mucho en el barro y llegué a caerme en algún momento», apuntó.
Uno de los aspectos destacados por los participantes fue la excelente organización de la prueba, pues en cada cruce o giro había un voluntario indicándole a los atletas el camino por el que continuar. «Moi ben sinalizado, non había lugar a dúbidas en ningún momento. Unha mágoa o tempo que fixo, porque estaba todo moi ben preparado, ata con callos e todo», comentó el vimiancés Gabriel Castiñeira.