Ezequiel Mosquera: «Os equipos e as televisións de todo o mundo coñecen o Mirador do Ézaro»

Antón Lestón Lago
antón lestón CARBALLO / LA VOZ

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Basilio Bello

A falta de dos meses para el Gran Fondo 2022, el organizador valora su crecimiento

09 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando en el 2013 el Concello de Dumbría apostó por una carrera ciclista que ampliase el impacto que las dos etapas de La Vuelta a España habían causado en la comarca, no parecía más que la creación de otra prueba deportiva en la Costa da Morte. Pero nada más lejos de la realidad. Aquel primer Desafío del Atlántico se convirtió, tras dos años, en el Gran Fondo Ézaro que ha cautivado a deportistas de todo el mundo y que en este 2022 va ya a por su séptima edición con un recorrido novedoso a la par que exigente.

Volverá a haber dos pruebas, aunque la corta será esta vez más larga, llegando a los 90 kilómetros, atravesando por vez primera Fisterra y Corcubión al regresar de Muxía y antes de subir el muro. Allí terminará su trayecto, mientras que el más duro seguirá hacia el interior con una empinada subida al Alto da Ruña y llegando hasta Paxareiras para bajar por Carnota y volver a subir el camino hacia el mirador. «Necesitabamos un cambio e o de subir o muro dúas veces xa era algo ao que lle tiña ganas dende hai tempo», resalta Ezequiel Mosquera, el exciclista profesional que dirige Emesports, la empresa organizadora del evento, que a falta de dos meses ya ronda los 300 inscritos.

«Así como o ano pasado había unha febre xeralizada por participar despois da pandemia, este ano vemos que o tema das inscricións vai más lento, pero non dubidamos en que funcionará», dice el exciclista profesional, que ya se siente en la Costa da Morte como en casa. Y eso que antes de asociarse con el Concello de Dumbría no la conocía más que por una concentración con el equipo Xacobeo. «Daquela xa entendín un pouco a idiosincrasia particular desa pequena Galia que non deixa de sorprender canto máis a descobres», admite, a la vez que resalta el sentimiento de identidad y de colaboración que se desprende desde todos los puntos del territorio.

El descubrimiento

Un enamoramiento personal que llegó precedido por un motivo profesional, pues en O Ézaro descubrió un verdadero tesoro para su deporte. «Eu coñecíao porque o Gran Premio San Marcos de Noia xa o subía a comezos dos noventa, pero ata 2012 non o descubrín como ciclista facendo unha reportaxe pola Volta a España», recuerda sobre un lugar al que describe como único para sus compañeros de profesión: «Agora mesmo é un punto de culto e na última edición do Gran Camiño, cando o marcamos como final de etapa, podo asegurarche que os equipos e as televisións de todo o mundo sabían o que era o Mirador de Ézaro. É unha subida que xa está nos libros de ciclismo».

Por supuesto, este reconocimiento internacional ha servido también para que O Ézaro y sus proximidades crezcan al mismo nivel de una prueba que ya ha conseguido encandilar al mismísimo Miguel Indurain, que participó en la primera edición.

Este año será Roberto Heras, el ciclista que más veces ha ganado La Vuelta, el que porte el dorsal número uno honorífico. Y eso que la participación de estos exprofesionales no es nada fácil de conseguir, pues el evento se desarrolla paralelo con el Tour de Francia y muchos de los más conocidos siguen ligados al mundo profesional. Además, la exigencia del muro obliga a una preparación que el propio Ezequiel admite que es difícil mantener: «Todos os que fomos profesionais mantemos unha obsesión coa báscula, pero para isto hai que adestrar moito».