LA HUELLA DE LA RELIGIÓN | La celebración más antigua de Carballo es el Desenclavo de Sofán, próximo a cumplir los dos siglos
09 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.
Galicia nunca destacó por tener una Semana Santa tan barroca como en el sur de España, donde, por estas fechas, las calles se convierten en iglesias al aire libre. En nuestra comunidad tienen gran fama las procesiones de Viveiro, Ferrol o, por citar un caso cercano, Fisterra. En Laxe es célebre, también, el Rosario da Boa Morte. Mientras, en Bergantiños, en los últimos decenios la parroquia de Carballo organiza una procesión en Viernes Santo que nada envidia a otras zonas, y donde pueden contemplarse varias imágenes modernas y otras ya centenarias, como el santo Cristo de la capilla de A Milagrosa o la imagen de la Virgen de los Dolores, talla de vestir con una numerosa cofradía.
En el municipio de Carballo la celebración más antigua que tiene lugar en la Semana Santa, que cumplirá próximamente los dos siglos, es el Desenclavo de Sofán. En 1825, siendo párroco Pedro Pillado (al frente de esta feligresía de 1806 a 1832), se adquirieron todos los útiles e imágenes que se emplearía en este drama sacro: una Virgen de los Dolores y un Cristo yacente que costaron 1.700 reales en Santiago; unas andas, una urna, el cortinaje, la corona de plata de la Virgen, etcétera.
Para tal representación, vigente todavía, se cubre el presbiterio con cortinas moradas, se levanta un escenario, se coloca un gran lienzo con la representación de la ciudad de Jerusalén y, como eje central, una gran cruz de la que pende un Cristo de brazos articulados, que se irá desprendiendo de cada uno de los clavos según el transcurso del sermón. La voz del predicador, normalmente venido a propósito desde un convento para tal acto, ponía el diálogo y la emoción a todo este drama litúrgico, ya que describía cada una de las torturas del crucificado de manera cruenta para aflorar la emoción en el auditorio (clavos, corona de espinas...).