La resaca que dejó Mikaela

Patricia Blanco
P. BLANCO CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Organización y servicios municipales se afanan en limpiar Buño tras una tarde-noche multitudinaria, la del sábado, en la que, al margen de varias intoxicaciones etílicas, no hubo que lamentar altercados

04 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Resaca, en el diccionario de la Real Academia, tiene varias acepciones que se ajustan bien a las horas posteriores a la Mikaela de Buño. Los residuos después de una crecida, el malestar tras la ingesta de alcohol —en esto cada uno lidia con lo suyo— o el estado que sigue a un acontecimiento importante. La Mikaela de este 2022, la de regreso tras un 2021 de ausencia por la pandemia, quedará catapultada a la historia. Fue multitudinaria y ello tuvo su réplica en las intoxicaciones etílicas que hubo que asistir y en la atenciones ofrecidas por los servicios sanitarios, reforzados de manos del Concello. Fueron las únicas incidencias que le reportaron al alcalde de Malpica, Eduardo Parga, a primera hora de este domingo, además de un conato de pelea que, dice, no tuvo mayor trascendencia y, eso sí, muchísima basura para recoger, lo que denota que conciencia ambiental en parte de los festeiros todavía falta por labrar. Botellas, bolsas, mucho plástico...

Ya durante la tarde del sábado hubo recogidas periódicas. Ayer por la mañana, el servicio municipal, del que se encarga Aspaber, reforzado cuando hay fiestas, se afanaba en eliminar «o bruto» de todo cuanto había, principalmente en el centro de Buño y sus calles. Continuarían hoy en zonas más alejadas del meollo festivo, este año más descentralizado, pues la marea de jóvenes, otrora todos concentrados en torno al bus de la Mikaela, se disgregó en varios puntos habilitados por la organización, con discotecas móviles, precisamente para mitigar tamaña aglomeración.

Alfredo Cañizo, edil de Festexos, reconoce, al igual que Parga, que basura quedó mucha, «o habitual nestas festas», pero celebra que la cita transcurriese «con normalidade», según lo previsto. Sin accidentes, algo a lo que sin duda contribuyó la gestión del transporte, por parte de la organización, a través de autobuses: «Neste sentido, estamos moi contentos. As cousas inténtanse facer o mellor que se pode», dice Cañizo. Protección Civil, Policía Local y Guardia Civil, tanto en su dispositivo de vigilancia como de tráfico, velaron por el buen transcurso de un día que devino gélido, temperaturas que incluso acabaron con algunos mikaeleiros en casa antes de lo previsto.

«Agora toca recuperarse e acabar de traballar, porque nos quedan un par de días para deixar todo como estaba», decía ayer José Ramón Lago, presidente de Amigos da Mikaela, entidad impulsora. Una cuadrilla de voluntarios, a la que se pueden sumar quienes estén interesados, se ocupará de limpiar e intervenir en determinados espacios privados —huertas, caminos, contenedores...—, completando con el apoyo logístico municipal el trabajo de Aspaber en espacios públicos. Dice que ha valido la pena el esfuerzo, vencer los miedos, y que hasta el tiempo (soleado) ayudó: «Ver toda aquela xente agradécese, aínda que está claro que o día de hoxe [por ayer] non é o da véspera», ríe.

ANA GARCIA

Estiman que la asistencia dobló la del año 2020

A falta de recuentos oficiales, la entidad Amigos da Mikaela calcula que este 2022 doblaron, «ou andamos preto», la edición del 2020. Cuando acaben la faena de este año, «tocará pensar no seguinte, corrixindo fallos para mellorar ou, polo menos, igualar», en palabras de Lago. En este sentido, la resaca emocional tras tamaña verbena postpandemia, es positiva.