Gema Neira: «Le damos infinitas vidas a algo que iba a ser incinerado o enterrado»

María Meizoso CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana Garcia

ECOVOZ 2022 | Desde bolsos hechos con redes de pesca a bancos o jardineras que ocupan espacios públicos, ese es el universo de la marca Cholita

07 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El suyo es un desafío con mayúsculas. Porque cierra el proceso de lo que se denomina economía circular, pero sobre todo porque con su trabajo transforma y dota de una segunda vida a lo que, en la mayoría de los casos, acabaría irremediablemente depositado en cualquiera de los vertederos que nos rodean. Gema Neira, responsable de Cholita, lo hace con un ingrediente adicional: «El de la ilusión y el cariño de todo el equipo. Así ponemos en la calle y en nuestras vidas elementos que iban a acabar en la basura». ¿Cuál es su estrategia? «El ecodiseño y el trabajo de todos los que están detrás, desde artesanía a industria de la más potente, para hacer que estos materiales resurjan». Así, esos cuerpos sin vida futura regresan para prestar nuevos servicios «a las personas, a las ciudades y al planeta en general».

—Lo que para nosotros es algo relativamente novedoso, para usted es común desde hace años.

—Hace dos décadas, en Alemania, conocí este material que nosotros hemos bautizado como one no wood (una no madera). Y pensé que todo el planeta debería estar forrado de esto en vez de estar tirando plásticos, contaminando mares y vertederos, incinerando y enterrando. Y, al igual que es verdad que igual que a vosotros con Ecovoz, en mi caso la constancia y la perseverancia ha hecho que estemos aquí. Yo tampoco me cansé en el camino y conseguí que ese material volviera al servicio de las personas y que se hiciera desde Galicia. El camino ha sido largo porque esto que está de moda, antes costaba mucho. De hecho, se asociaba a segunda mano y a hippies. Y hoy puedo decir que hemos ido colocando elementos urbanos sin decir demasiado de la filosofía que había detrás. Ahora sí que toca contar que son residuos transformados, que no requieren mantenimiento y que le da infinitas vidas a algo que iba a quedar enterrado o incinerado.

—Cuéntenos más sobre esa materia prima y sobre el proceso de transformación. ¿De dónde sale?

—La base es el contenedor amarillo y también las redes de pescas, microplásticos y hasta las palas de eólicos. Pero sobre todo es el mix de plástico con trocitos de madera con aluminio. Con eso se hace una pasta o aglomerado, una especie de pellet que luego pasa por un sistema de extrusionado y de planchas con las que conseguimos hacer las formas que se necesiten. Desde un posavasos en grosor mínimo, al asa de bolsa de nuestro modelo Claudia de Cholita.

—¿Todo se realiza en Galicia?

—Sí, estamos trabajando en As Somozas, en Galicimplas. Ahí se transforma tanto la basura marina como la urbana. Es un ejemplo de economía circular total a través de un proceso de triturado, de separación de elementos que se no pueden utilizar. Así se consiguen perfiles o planchas. Y, a través de moldes, hacemos ecodiseño con lo básico para que todo el proceso no encarezca el resultado final. Y se consigue.

«Es bonito decir que las ciudades son bonitas y verde, pero tiene que verse»  

Neira defiende el one no wood como un material «óptimo» para la construcción. Jardineras, bancos y pavimentos ya lucen con la etiqueta del ecodiseño que crea Cholita.

—Las posibilidades son múltiples. ¿Alguna novedad?

—Como bombazo puedo contar que estamos trabajando con el tema de alcantarillado. Tenemos varias modelos de tapas para sustituir a las de hierro. Viene muy bien por lo que se está viviendo con el desabastecimiento de material y porque eliminamos contaminación acústica. También porque estamos utilizando mínimo 40 kilos de residuo en un elemento urbano e imagina la cantidad que podemos reutilizar. Además, tienen un rallado del artista Elías Cochón y se reconvierten en arte urbano. Es bonito decir que las ciudades son ambles y verdes pero tiene que verse. Los ayuntamientos tienen que aprovechar estas ventajas.

—Dicen que las crisis agudizan el ingenio y en su caso fue así.

—Montamos un tema de conservas gourmet y queríamos un envoltorio que fuera muy nuestro. Nos pusimos en contacto con las redeiras y así empezó. Primero con bolsas pequeñitas y después ampliando. A cabeza non para y ese fui el inicio de Cholita, que así se llama mi madre. Luego la trayectoria profesional pesa mucho y el mío era en equipamiento urbano y fui tirando hacia ahí.