La de ayer fue una jornada con gran ambiente festivo y comercial
21 feb 2022 . Actualizado a las 23:34 h.La feria dominical de Baio recuperó la verdadera esencia de antaño. Volvió a ser ese punto de encuentro entre oferta y demanda, pero también lo fue como centro de ocio y de paseo de familias, muchas de ellas acompañadas por sus hijos pequeños. En las inmediaciones del mercado baiés los locales hosteleros hacían su verdadero agosto en pleno mes de febrero. Cafeterías, bares y restaurantes se llenaban de ávidos clientes en busca de un refrigerio con el que saciar la sed y, de paso, dar buena cuenta de una tapa, o una ración, con la que combatir una fría jornada, en la que la lluvia no hizo acto de presencia.
Dentro del nuevo recinto, que en breve se denominará Praza Jorge Mira, la actividad fue una constante a lo largo de toda la mañana, con mucha gente interesada en comprar lo que ofrecían los más de treinta autónomos vinculados a los ramos de la moda, la alimentación, el calzado y la artesanía. También había coches en exposición para la venta. Mientras, la pulpeira empezaba a recibir a sus primeros clientes al son de la música callejera y los cantos de taberna de Os Geiteiros Desbrosadores y Nelson Quinteiro. Una jornada, la de ayer, marcada por la temática de la feira: la fantasía y la animación en la antesala del entroido.
También ayer hubo un gran ambiente en la otra feria dominical de referencial en la zona, la que se celebró en Paiosaco.