De Fisterra a Jerusalén en el peregrinaje más largo de su vida

Marta López CARBALLO 7 LA VOZ

CARBALLO

CARLOTA VALENZUELA

La granadina Carlota Valenzuela empezará el domingo una ruta a pie que la llevará a recorrer 6.000 kilómetros a pie durante todo el año

02 ene 2022 . Actualizado a las 19:54 h.

Se lo contó a sus padres en Fisterra, cuando hicieron el Camino de Santiago este verano. Pensó que, allí, in situ, lo digerirían un poco mejor. Y es que los planes que tiene Carlota Valenzuela para el 2022 van mucho más allá de los clásicos propósitos de Año Nuevo. Ha pedido una excedencia en su trabajo y estará caminando de enero a diciembre en una ruta de peregrinación que la llevará de Fisterra a Jerusalén.

Son 6.000 kilómetros y pasará por más de una decena de países diferentes: España (hará el itinerario xacobeo francés a la inversa), Francia, Italia (se desviará para pasar por Roma), Eslovenia, Croacia, Bosnia, Montenegro, Albania, Grecia, Chipre e Israel. Aunque su idea inicial era hacer todo el recorrido a pie, le aconsejaron hacer el último tramo en barco porque hay fronteras complicadas que no podría cruzar. «Estuve un tiempo trabajando en la embajada española en Marruecos y allí hice amigos diplomáticos que me asesoraron mucho para este viaje», cuenta Carlota, granadina, aunque vive en Madrid: «Me comentaron que sería difícil cruzar de Turquía a Siria, de Siria a Líbano y de Líbano a Israel, así que tomaré un barco en Chipre para la última etapa».

¿Y qué motiva a alguien a plantar su trabajo en recursos humanos, poner en pausa toda su vida y echarse al camino durante nada menos que un año? Pues han sido, sobre todo, sus inquietudes espirituales y religiosas. «Siento que esto es lo que ha puesto Dios en mi camino para mi futuro más próximo. No persigo un objetivo concreto, ni lo hago por una promesa o para encontrar respuestas una vez allí, simplemente me pongo a disposición de Dios y que el camino me vaya trayendo lo que sea». Ya estuvo en Calcuta un par de ocasiones, haciendo voluntariado, y siempre le ha llamado la atención conocer «realidades diferentes a la mía». Aunque nunca ha hecho algo semejante a lo que tiene planeado para el 2022, sí tuvo experiencias internacionales en solitario que cree que la han ayudado a prepararse para el que será el peregrinaje más largo de su vida.

Es consciente de que atravesará países en los que seguramente no habrán visto nunca a un peregrino, por eso su intención es ir quedándose en hostales y alojamientos locales a lo largo del itinerario, aunque también tiene una carta firmada por el obispo auxiliar de Madrid en la que este pide a iglesias, conventos o monasterios que la acojan si lo necesita. «Voy tranquila porque también tengo ese respaldo», dice Carlota, «aunque tengo que confesar que sí tengo algunos miedos, sobre todo por el hecho de ser mujer en algunos territorios en los que voy a estar».

Es por ello que, a través de este blog y de canales sociales que ha creado para esta iniciativa, busca vertebrar una especie de «red de contactos» de los que poder echar mano en caso de necesitarlo. «No tanto en el aspecto económico, sino, por ejemplo, si la pandemia se complicase y cerrasen fronteras, o en caso de enfermedad», subraya la granadina, que ha invertido mucho tiempo en el diseño de las etapas y en la preparación física. Ha conseguido reducir el peso de la mochila a seis kilos y, como estará caminando durante muchos meses, prefiere no forzar la maquinaria y hacer entre 15 y 20 kilómetros diarios. Descansará un día a la semana y en algunas zonas se quedará períodos más largos porque le gustaría hacer experiencias de voluntariado. Si todo va bien, tiene previsto entrar en Israel a principios de diciembre del año que viene. Una vez allí, quiere tomárselo con calma para visitar a conciencia los lugares más destacados y conocer a fondo los puntos más emblemáticos de esa religión católica a la que tanta fe le tiene.

«Será, desde luego, un año muy diferente para mí. Hay un poema que me gusta mucho que dice algo así como que ‘Mi equipaje será ligero para poder avanzar rápido', y eso está muy en sintonía con este camino, con la sencillez. Aprenderé a vivir con menos», cuenta Carlota, que tiene claro que lo que más echará de menos en este tiempo no serán las cosas materiales, sino el calor de los seres queridos. «Soy un ser muy social y estoy segura de que añoraré esa parte del contacto físico con los míos», dice. De su familia podrá despedirse este domingo a los pies del faro de Fisterra, en donde comenzará la gran aventura de su vida. Siempre tuvo claro que quería que fuese ese lugar, el considerado durante tanto tiempo como fin del mundo, su punto de partida: «Me parece muy poético».