El Bergan, al completo, rindió a muy buen nivel frente al Rayo, desde la portería hasta el ataque
17 dic 2021 . Actualizado a las 22:28 h.
El Bergantiños dejó una buena resaca tras el partidazo de este miércoles en As Eiroas contra el Rayo Vallecano, que levantó pasiones en toda la comarca. Todo el equipo estuvo muy bien. Además, como ya hicieran frente al Sevilla hace dos años en Riazor (0-1), los carballeses volvieron a ser fieles a su estilo, plantándole cara a todo un Primera. Tuvieron ocasiones muy buenas para abrir el marcador, lo que podría haber cambiado el duelo (1-3 al final), y eso es con lo que hay que quedarse. Para el recuerdo quedan esos momentos de David peleando contra Goliat.
Boedo, Carlos y Brais Pereiro
Corría el minuto 12 cuando los rojillos recuperaron el balón en campo contrario, Boedo hizo un cambio de orientación y Yelco, tras una jugada individual, disparó pegado al poste. El efecto óptico hizo cantar el gol en la grada. Apenas diez minutos más tarde, Boedo tiró desde la banda, pero despejó un defensa. No obstante, Carlos cogió el rechace y se la dejó a Remeseiro, que remató desde el punto de penalti a bocajarro. El portero Luca Zidane intervino en dos tiempos. De nuevo, otros diez minutos después, Carlos le cedió el cuero de cabeza a Escobar, que recibió de espaldas, pero el hijo de Zidane lo sacó con una pierna de milagro. Carlos volvió a ser protagonista al caerle el rechace y volver a lanzar, pero dio en un defensa. El Bergan tenía hambre y cuando recuperaba el balón en campo contrario iba directo a por la presa.
Tras la reanudación, no mudó la dinámica. Ya en los primeros instantes, Yelco sacó desde la esquina y Bebé despejó de cabeza, pero el rechace lo aprovechó nuevamente Boedo, que remató cruzado tras girarse sobre sí mismo. Se escapó fuera por muy poco. También en un centro de Remeseiro, Mario Hernández falló en el despeje y el balón se quedó muerto en el área, aunque finalmente lo atrapó Zidane. Otra muy buena ocasión fue la de Escobar, al rematar de cabeza un pase de Boedo. La paró Luca.