Los tratamientos veterinarios lastran a las protectoras

Cristina Viu Gomila
CRISTINA VIU CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana Garcia

Las asociaciones han notado un aumento de entradas de animales muy mayores y con dolencias graves

11 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Casi 750 euros es lo que costará la operación quirúrgica de un can todavía sin nombre que recogió Araceli Vila tras ser atropellado. Es mucho dinero para una entidad como Amigos de los Perros, pero es ya muy frecuente que tengan que dedicarse más fondos a la recuperación de animales domésticos enfermos o heridos, que ahora son mayoría en este tipo de entidades. «Desde la pandemia llegan muy pocos cachorros, la mayor parte de los perros que recogemos son mayores o están en muy malas condiciones». Todo este gasto veterinario lastra la labor de las asociaciones, a pesar de que los profesionales normalmente colaboran con precios especiales, los tratamientos suelen ser caros.

Pilar Blanco, de O Legado de Max, explica que castrar una gata puede costar entre 160 y 170 euros, debido a que es una intervención complicada. Si es un gato, el coste va de los 70 a los 80 euros, pero la entidad, solo permite adopciones con el compromiso de que los animales no podrán procrear y no todo el mundo puede o está dispuesto a gastarse ese dinero. Así, lo que hacen desde la asociación es un seguimiento y cuando consideran que el minino debería estar castrado se ponen en contacto con el adoptante para ofrecerle la mediación de la entidad y que la intervención salga más económica.

Unas horas

A pesar de que la castración está primera de la lista de los compromisos que debe adquirir un nuevo dueño, sigue habiendo multitud de perros y gastos sin hogar. Tanto es así, que solo en este año O Legado de Max ha registrado 170 entradas, muchas de ellas de gatitos que apenas han logrado sobrevivir unas horas. En Amigos de los Perros, sin embargo, no están tan a tope como hace un par de años, pero los residentes tienen más necesidades que antes, por lo que apenas pueden aceptar nuevos inquilinos. De hecho, cada vez hay más acogimientos porque es mayor el número de perros que no están en condiciones de sobrevivir en una protectora.

«Félix agora pode camiñar grazas ao carriño que lle fixo Jaime Álvarez, de Ángeles Caídos»

Félix es ahora la estrella de O Legado de Max. Lleva tres meses en un hospital veterinario de Meicende, tras sobrevivir dos semanas en una cuneta, tras ser atropellado y alcanzado por balines. El pobre animal, recogido por Pilar Blanco, quedó paralítico, pero ha logrado sobreponerse a su condición, aunque con ayuda. «Félix agora pode camiñar grazas ao carriño que lle fixo Jaime Álvarez, de Ángeles Caídos», explica Pilar Blanco. Es el mismo caso de un de los perros recogidos por Araceli Vila, que tiene acogido una chica de Santiago. «No hay sitio para un perro inválido en la protectora», dice. Curiosamente, su nombre es Max.

Necesidades

Las entidades tienen que apoyarse cada vez más en las personas que acogen. La propia Pilar Blanco tiene ahora diez gatos en esta situación, pero el caso de Félix es muy especial porque sus necesidades son tantas que «está mellor no hospital», aunque ello suponga un gasto grande para la entidad que este fin de semana abrirá un mercadillo en el Casino de Carballo para recaudar fondos. Todos los animales que dependen de esta entidad están «en casas de acollida, residencias, refuxios ou hospitalizados», explica Pilar. Eso en el mejor de los casos, porque hace unos días encontraron seis crías. «Estaban enterradas en lodo nun camiño de Sísamo, catro estaban mortos, o quinto morreu ás dúas horas e o sexto viviu só 36», explica. No son los primeros que se encuentran así y cuando llegan antes y se puede hacer algo lo que vienen son jornadas maratonianas de biberones cada dos horas durante dos semanas. «E máis a angustia de conseguir que sobrevivan a seguinte toma», dice Pilar Blanco.

En bolsas

En ocasiones los abandonan, pero en otras los dejan frente a la protectora, atados, en bolsas o incluso los tiran por encima de las rejas. «Como non van facerlles mal se hai xente capaz de facerlle mal aos nenos ou aos avós, se non podemos nin protexer as mulleres maltratadas, canto non se lle vai facer aos animais», se lamenta Pilar Blanco.

«Recibimos muchísimas llamadas que dicen que no pueden tener el perro»

Araceli Vila, de Amigos de los Perros, explica que no están detectando tantos abandonos, pero que se han multiplicado las llamadas de personas que dicen no poder seguir teniendo a su perro. «Muchos de ellos acabarán siendo abandonados», explica. Teme que uno de los motivos sea la nueva ley de protección de animales, que provoca demasiadas preocupaciones en los dueños, a muchos de los cuales se les exigirá un curso, un carné u otro tipo de obligaciones que no están dispuestos a asumir. «Muchas de las llamadas son por viajes, cambios de residencia, muerte de un familiar... Razones para no hacerse cargo del animal», explica

Ahora ya no se ven tantos perros por las calles porque, según explica, hay más entidades que los recogen, sobre todo en A Coruña, pero también en Carballo, como O Legado de Max que estaba centrado en los gatos, pero también atiende urgencias caninas.

Reconoce que Galicia va por delante en cuanto a legislación de protección de animales, pero considera que la nueva norma a nivel estatal tiene algunos artículos cuya finalidad es únicamente recaudatoria, lo que puede hacer que se multipliquen los abandonos. Además señala que para algunos no habrá apenas control. «Creo que para los cazadores no cambiará nada», dice.

Señala Araceli Vila que en estos momentos tiene la protectora al completo. «Yo sola no puedo atender más de lo que tengo», explica y se lamenta de que haya tan pocos voluntarios. Además, señala que el hecho de tener perros mayores o con enfermedades hace que necesiten más espacio y tranquilidad. También hay algunos deben estar aislados por su comportamiento.