Vuelven las cenas baile a la Costa da Morte con prevención por el covid y limitación en las copas

Cristina Viu Gomila
Cristina viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

BASILIO BELLO

Los organizadores temen un repunte y notan desabastecimiento de alcohol

13 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La discoteca Pazos de A Laracha había programado la orquesta Finisterre para la cena baile del 14 de marzo del 2020. La primera desde ese día, a causa de la pandemia, fue la del 30 de octubre y la encargada de animar la celebración fue la París de Noia. Dio el pistoletazo de salida a la recuperación de un ocio nocturno que antes del covid tenía un gran éxito en la Costa da Morte.

El fin de semana siguiente fueron muchos más los que se animaron. Asador Gonzaba, en La Base Motor, en Carballo ya tuvieron lleno ese primer sábado de noviembre, explica Nicoly Miranda. Ella y su marido, José Fernández, se hicieron cargo del negocio en la pandemia, cuando quedaron en suspenso un montón de comidas y eventos. Poco a poco fueron recuperando la normalidad con la experiencia que da llevar otros dos locales similares en A Coruña y Santiago, además del Tira do Playa, en Riazor. El modelo de restaurante ha tenido éxito en las comidas y ahora se han lanzado a las fiestas nocturnas, con tres menús cerrados o carta y con copa incluida. Regresarán el día 20 con el trío Smoke.

Ese tercer fin de semana de noviembre ya empezará a haber bastante donde escoger. En la Pazos estará de nuevo la París de Noia, que es garantía de éxito. Manuel Pazos asegura que, por la cuenta que les tiene, «non pode estar ninguén sen carné de identidade e certificado de vacinación coa pauta completa ou con PCR», porque tiene claro que aunque la mascarilla es obligatoria son muchos los momentos en los que los clientes están sin ella, para comer y beber.

A Lagoa

Hoy hay posibilidad de ir a A Lagoa, en Vimianzo, que ya tiene bastantes reservas de grupos para diciembre, cuando no habrá fin de semana sin cena y música en directo. Hoy quien animará la velada será el grupo Alba, explica Tamara Fuentes, que comparte con los demás hosteleros la preocupación porque se produzca un repunte de los casos que les obligue a parar de nuevo.

Aunque los sábados son los días favoritos para las cenas baile, en varios locales las actuaciones son los viernes y más que cenas formales, lo que se hace es tomar unas raciones. Es el caso de la Parrillada O Refuxio, en Bértoa, donde actúa Judith Cundíns, que repetirá hoy.

En la misma parroquia, El Caracola Bar ofrece también actuaciones en directo, que suele abrir su responsable, el venezolano Arturo Moreno, cantante de Los Satélites. El próximo viernes la invitada para que actúe es Joanna la China, ganadora del concurso Recanteiros de Luar. También en este local llevan más de un mes ofreciendo este tipo de espectáculos y aseguran que la gente tiene ganas de salir y de divertirse, pero con prevención.

La subida de los precios es otra de las preocupaciones de los hosteleros

A la prevención contra el covid, los hosteleros se han unido en los últimos tiempos la preocupación porque las cuentas les acaben cuadrando. Todos se quejan de la subida en general de los precios, desde la luz hasta los propios alimentos y también a los problemas para acceder a ciertos productos de importación, sobre todo a la ginebra inglesa. Quizá este asunto es el que menos les rompe la cabeza. «Echaremos mano de otras marcas o del producto nacional», dice Manuel Pazos, que ve este desabastecimiento como una oportunidad. Otra cosa es que todo cuesta más y hay que repercutir el aumento en los clientes, lo que se hace complicado. En Pazos reconocen que han incrementado un euro, tras más de 20 años congelado, el precio de la copa, que ahora está en 6, pero mantienen las cenas de 29 euros, si está la París de Noia, a 25 si la discoteca es normal.

En A Lagoa, hay menús desde los 32 euros y ya tienen muchos encargos para el mes de diciembre, sobre todo de grupos. Hasta ahora la mayoría han sido parejas. También en el Asador Gonzaba se puede elegir entre tres precios o ir a la carta.

Sin embargo, la mayor parte de los hosteleros reconocen que será muy difícil que puedan recuperar lo que han perdido, ya que han sido los más perjudicados por la pandemia y ahora se enfrentan a un sobrecoste con el que no contaban y que no saben cuándo parará.