La falta de circunvalación provoca largas colas en la salida de Bértoa

Antonio Longueira Vidal
Toni Longueira CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Ana García

Cada día entran y salen del polígono 3.000 vehículos, de los que 268 son camiones

20 oct 2021 . Actualizado a las 20:08 h.

Viernes. Última hora de la tarde. Centenares de conductores sufren largas colas a la salida de sus respectivos puestos de trabajo en el polígono de Bértoa. En algunas ocasiones el caos de tráfico es más que evidente, con retenciones y circulación lenta que arranca en el denominado kilómetro de la desesperación (en realidad son 1,1 kilómetros): entre la rotonda del Lidl y la glorieta de acceso al área industrial. Incluso son muchos los días que estas aglomeraciones alcanzan las calles Cobre e Isaac Albéniz, en el acceso al área industrial. Los más impacientes optan por bordear la rotonda en la que se ubica la escultura de Manuel Facal y enfilan hacia la autovía dando un rodeo de tres o más kilómetros para poder llegar a sus domicilios o realizar las compras de última hora.

En Bértoa se juntan además varios factores que facilitan los embotellamientos. Los vehículos que transitan por la AC-552, los que acceden a Carballo por la autopista AG-55 y el cada vez más importante tráfico de camiones, vehículos articulados y autobuses que entran y salen de la capital de Bergantiños para continuar sus viajes hacia otras localidades de la Costa da Morte. En la retina de muchos usuarios, la cantidad de vehículos especiales con enormes palas y soportes de aerogeneradores eólicos que deben sortear, incluso, invadir glorietas antes de enfilar hacia la autovía de la Costa da Morte. Pero no son los únicos.

El área industrial carballesa ha experimentado un gran auge en los últimos años. De hecho, la Xunta ya ha licitado la redacción de la que será la segunda ampliación. Son 241 las empresas asentadas en Bértoa, que generan 2.500 puestos de trabajo, entre directos e indirectos. Cada día entran o salen del polígono más de 3.000 vehículos, de los cuales 268 son camiones, según los cálculos facilitados por la comunidad de propietarios.

Además de este enorme trasiego hay que sumar el trafico rodado que cada día sufre el casco urbano de Carballo, con especial precaución en las zonas con mayor concentración de centros educativos, como O Chorís. De ahí, la gran importancia que tiene para Carballo la puesta en marcha de la prometida y comprometida circunvalación.

A finales de diciembre del pasado año, la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, adjudicó la redacción de la primera fase del proyecto. Noega Ingenieros S.L. tiene de plazo hasta agosto del 2020 para entregar los planos de esta actuación, presupuestada en unos 15 millones de euros, y que enlazará el área industrial con la salida a Santiago por la DP-1914. La Xunta prevé iniciar las obras entre finales del próximo año y comienzos del 2023. La segunda fase, que unirá Bértoa con la AC-413, hacia Ordes, tendrá un coste de unos 13 millones.

Mientras, trabajadores, empresarios y usuarios solo tienen una alternativa a las largas retenciones: la senda peatonal en la que se invirtió un millón de euros. Un buen momento para su uso ahora que el Concello apuesta de forma decidida por el empleo de la bicicleta por todo el casco urbano.