La parietaria judaica, el perenne rival de los alérgicos en la Costa da Morte

Pablo Varela Varela
pablo varela CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Rosario López Rico
Rosario López Rico PACO RODRÍGUEZ

El grueso de los afectados que acude a consulta tiene entre 15 y 30 años: este es el perfil

02 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Rosario López Rico, especialista en alergología del Chuac, recuerda que, en los años noventa, cuando comenzaron a ver pacientes afectados por el polen de la parietaria judaica, «muchos procedían de la Costa da Morte». Entre muros y grietas, de tacto aterciopelado y similar, a primera vista, a las ortigas -pertenece a la familia de las urticáceas-, este tipo de maleza empieza a polinizar en febrero y termina entre los meses de octubre y noviembre. «Su polen tiene una peculiaridad: podríamos decir que es perenne, porque hablamos de un período muy prolongado, así que el paciente que sea alérgico a ella puede tener síntomas casi todo el año», explica Rico.

Los picos de polinización derivados de la parietaria no se registran únicamente a inicios de la primavera, sino que también los hay entre septiembre y octubre, en los primeros compases del otoño. En Galicia, la presencia de esta especie afecta especialmente al borde litoral de las Rías Baixas, A Mariña y Costa da Morte. Javier Cremades, catedrático de Botánica en la Universidade da Coruña (UDC), razona el porqué de este asentamiento de la parietaria en las áreas costeras. «En realidad es cosmopolita y está en muchas partes, pero puede que haya una población algo más exagerada en zonas concretas por cuestiones como el deterioro del ambiente», detalla.

Además, también intervienen las características del suelo. La parietaria judaica es una especie nitrófila -que encuentra su lugar óptimo en medios ricos en nitratos, normalmente ligados a la actividad humana o animal-, y en la Costa da Morte, los excrementos de las aves marinas juegan un papel clave. «El guano nitrogena mucho allí donde cae. Si hay un exceso de población de gaviotas, por ejemplo, sus deposiciones pueden contribuir, en parte, a la aparición de especies nitrófilas. La parietaria sería un ejemplo de esta proliferación. En cierta forma, todo está interconectado», explica Cremades.

El perfil del afectado

Hace aproximadamente treinta años, el goteo de pacientes de la Costa a los que se les diagnosticaron alergias a la parietaria comenzó a ir al alza. Aquí fue clave el incremento de las pruebas cutáneas o prick-test, de tipo intraepidérmico y que ayudan a detectar las sustancias que pueden desencadenar una reacción del sistema inmunológico. «Sigue siendo clave, desde el punto de vista molecular, saber a qué proteína del polen eres alérgico», explica Rosario López Rico.

El perfil del paciente afectado con residencia en la Costa da Morte remite, a grandes rasgos, a personas de entre 15 y 30 años y, sobre el papel, es más frecuente la afectación entre mujeres. Entre las manifestaciones derivadas de la alergia está, por ejemplo, la rinoconjuntivitis, proceso similar a un catarro continuo con estornudos, congestión nasal y la sensación de picor e hinchazón en los ojos.

El tratamiento médico contempla diversas vías, o pasos. Evitar exponerse a algo a lo que se es alérgico parece, aparentemente, algo sencillo. Por ejemplo, esquivando el consumo de determinados alimentos como puede ser el marisco. Sin embargo, el polen viaja por el aire, lo que supone una complicación añadida. Entre las recomendaciones de los expertos está el cierre de las ventanillas del coche durante la conducción, entre otras. Y además, intervienen los fármacos, también para prevenir. Para afrontar la rinoconjuntivitis, los antihistamínicos. «Se ha avanzado mucho en los últimos años, y también hay tratamientos de inmunoterapia, con vacunas. Pero en todo caso, lo primero que debemos hacer es sentarnos frente al paciente y disponer de una historia clínica completa», razona Rico.

Galicia, el paraíso de los ácaros

Más allá del caso concreto de la parietaria, el alérgeno por excelencia en el territorio gallego es el ácaro del polvo. «Vivimos en una comunidad con un clima templado y húmedo, y los ácaros se mueven muy bien en este contexto», dice Rico. Edredones y colchones, estanterías, librerías... Los ecosistemas de supervivencia de estos arácnidos microscópicos son muy variados, pero es el clima el que se antoja como el factor determinante. Galicia y, en términos generales, el norte de España, son áreas más propensas a las lluvias y donde se registra un mayor grado de humedad, de ahí que los ácaros se sientan especialmente cómodos a un paso del Atlántico y el Cantábrico.