Sección Plumas con mando | Alzhéimer, prevención e intervención

césar bugallo

CARBALLO

Basilio Bello

Escribe César Bugallo, presidente de Afafes | Asistimos incrédulos a un retroceso a modelos de atención que creíamos superados

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Al hablar de alzhéimer nos estamos refiriendo sin duda alguna a la enfermedad sociosanitaria por excelencia en la que para su adecuada atención necesitamos de la intervención tanto de los servicios sociales como sanitarios. Como es sabido, se trata de una enfermedad crónica y progresiva para la cual no existe cura. Sin embargo, antes de que se manifieste ya nos va dando unas pistas de su posible aparición: sensación subjetiva de que algo está fallando en nuestra memoria, nos sentimos o los demás nos perciben más lentos en nuestras reacciones e interrelaciones, ya nos cuesta realizar determinadas tareas que antes hacíamos sin dificultad… hasta que finalmente aparecen los primeros síntomas, primero tenues, pero que progresivamente se van acentuando y evolucionando hasta menguar nuestra autonomía y someternos a la dependencia.

Conociendo la evolución de la enfermedad, desde un punto de vista terapéutico, nos podemos enfrentar a ella de dos formas dependiendo de si esta ya manifestó o no sus primeros síntomas. En el caso de que la persona esté cognitivamente sana y no presente síntomas, la acción debe de ir encaminada a la prevención para poder protegernos y retrasar su aparición, y es en esta fase en la que cobran especial importancia los programas de estimulación cognitiva y funcional que se llevan a cabo en varias localidades a través de los programas de Envejecimiento Activo o Vida Activa. Una vez que los síntomas afloraron, el tratamiento debe de ser paliativo, es decir, no busca la cura de la enfermedad, que no existe, sino que lo que pretende es retrasar al máximo su evolución manteniendo a la persona lo más autónoma posible mejorando así su calidad de vida y la de su familia. Es en esta fase donde cobran especial relevancia las terapias no farmacológicas, el único tratamiento realmente efectivo para ralentizar el avance de la enfermedad, que deben de ser administradas por profesionales competentes y desde una perspectiva integral.

Valoración individual

Todo este proceso de prevención e intervención no es tarea fácil, pues requiere en el primer caso de un detallado análisis de necesidades, de un diseño del programa, y de su adecuada implementación, y en el segundo caso, de una valoración individual multidisciplinar, de un plan de atención individual, y de una intervención integral, y siempre realizando un minucioso seguimiento de todo el proceso así como la evaluación del mismo.

Teniendo en cuenta la enorme complejidad de esta enfermedad y del gran reto que supone, así como de todos los recursos tanto materiales como humanos que son necesarios para una atención de calidad, por la cual muchos familiares, asociaciones, y profesionales llevamos luchando durante años en materia de concienciación y de reclamación a la sociedad y a las Administraciones para contar con infraestructuras y profesionales especializados en la materia, estamos asistiendo incrédulos a como estamos retrocediendo de forma alarmante promoviendo desde determinadas esferas modelos de atención que ya creíamos superados y que recuerdan la filosofía de los antiguos asilos de ancianos aunque intenten blanquearlos con un halo de proximidad y de familiaridad. Con la promoción de estos nuevos recursos se está privando de forma indirecta a los mayores del rural de unos servicios asistenciales de calidad. Una pena.

César Bugallo es presidente de la Asociación de Familiares de Alzhéimer e outras Demencias de Fisterra e Soneira (Afafes).