Jaime Domingo Bermúdez: «El tablero ha salvado muchos árboles»

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

El ingeniero ya jubilado, que presenta hoy libro en Santiago, defiende el valor ecológico de los productos derivados de la madera

24 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Jaime Domingo Bermúdez Alvite (Mazaricos, 1945) presenta hoy en Santiago su libro La vida entre la madera. Cien años de historia de tableros derivados del producto de los árboles en España. Lo hará en el marco del 20.º aniversario del Clúster da Madeira e o Deseño de Galicia, del que fue impulsor, además de director fundador del Centro de Innovación y Servicios Tecnológicos de la Madera de Galicia. Ha escrito varios libros sobre la materia y ha trabajado para las principales empresas del sector.

-Cien años de historia ya son unos cuantos.

-Lo ha sido y lo es, en el sector de la madera serrada es el más tecnificado, el que más posibilidades de uso tiene, con hermosos recubrimientos que representan a todas las maderas. En España llegó a haber 27 fábricas, de las que Galicia tuvo 8. Ahora son cinco, pero tienen una gran importancia desde el punto de vista económico y social.

-Me da la sensación que los tableros sirvieron para democratizar el uso de la madera.

-Exactamente, durante un tiempo solo se podían utilizar troncos de determinadas calidad y diámetro con los que los ebanistas construían muebles. A medida que estas maderas fueron disminuyendo las importaron de Flandes y más tarde de países africanos como Guinea, que fue colonia española hasta el año 71. También venía de los países en desarrollo de centro Europa y después de América del Sur, de Escandinavia y de los Estados Unidos, pero no era suficiente porque la madera en lugar de abaratarse se encarecía, haciéndose incluso prohibitiva hasta que a finales del siglo XIX y a principios del XX se fue consolidando el uso de esos tableros derivados de la madera maciza, que tienen unas características conocidas, pero no técnicas. El aprovechamiento del árbol muy pequeño, porque se desaprovechaba mucho material. Hay mucha investigación científica y tecnológica que hace unos productos nuevos, lo que permite utilizar madera que se despreciaba. Todo eso hizo que pudiera llegar a todo el mundo algo que solo llegaba a los ricos. Lo hemos visto con Ikea que ha llevado el diseño a bajo coste.

-Ese mayor aprovechamiento es una idea muy ecológica.

-El tablero ha salvado muchos árboles porque se fabrican con tecnologías que se han ido desarrollando y hoy permiten el aprovechamiento de cada unidad, desde las ramas hasta el tronco. Eran partes que se desperdiciaban, que quedaban en los montes.

XABIER NOVO

-Y es un producto más barato.

-No hay nada de malo en lo barato, porque, en el caso de los tableros, pueden durar mucho tiempo y en caso de que uno quiera deshacerse de ellos no van a la basura, porque se recuperan para un nuevo proceso y se reciclan. Como aprovechamiento es muy ecológico porque se aprovecha el 95 % del árbol y todo el carbono de cada uno de ellos se almacena en el tablero, que finalmente es un reservorio de carbono, con una huella ecológica muy baja en comparación con otros materiales como el hierro o el alumino, que la tiene entre 15 y 30 veces mayor.

-¿Es más manejable que la madera natural?

-Cada árbol tiene sus características y es difícil trabajarlo, pero el tablero es un producto industrial como cualquier otro. También permite mayor creatividad porque lo que diseña un arquitecto o un ebanista se puede realizar con unas normas y con la madera te puedes llevar una sorpresa.

-La madera mueve mucha gente en la zona.

-Cada uno de los empleos directos se pueden multiplicar por cinco o por seis, entre la gente que está en el monte, los silvicultores, los transportistas, los empleados de las empresas auxiliares y más.

-En Galicia es un sector fundamental.

-Las fábricas están repartidas por toda la comunidad, en todo el territorio, incluso en Coristanco, donde esta la de Unemsa, de la familia Tojeiro, con los que colaboré años. También fue importante en la zona Julian Tedín, que tuvo un aserradero en Cabana y que fue alcalde. En el libro hablo también de todas estas personas a las que conocí a lo largo de los años. Cuento anécdotas, porque el volumen tiene una pequeña parte técnica para los ingenieros y especialistas, pero está muy dedicado a relatos de personajes que fueron fundamentales en un sector que es bastante desconocido. Incluso los nietos del fundador de Finsa me dieron las gracias cuando les mandé el libro porque había muchas cosas que desconocían. Se trata de hacer un libro ameno porque siempre me ha gustado la narración y, de hecho, he escrito unos 30 artículos sobre tecnologías de la transformación de la madera. También soy director y coautor de varios libros y he sido ponente en cursos.