Piden 200.000 euros por una aldea de Corme

Pablo Varela Varela
pablo varela CARBALLO / LA VOZ

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El lugar de Candelago, con cerca de una decena de casas, está sumido en el abandono

05 oct 2021 . Actualizado a las 17:59 h.

A poco más de un kilómetro de Corme, a medio camino de la aldea del Roncudo y a apenas un paso del campo de fútbol, el lugar de Candelago languidece. Casi una decena de casas de piedra sobreviven como buenamente pueden al paso del tiempo y el abandono, una mezcla que amenaza con llevarse por delante el patrimonio arquitectónico de la zona: los hórreos se fueron quedando desnudos, sin piedras, y más de una acabó en fincas cercanas. Mientras tanto la vegetación se adueñó del paraje y trepó por las paredes de los edificios, que estuvieron habitados, en su mayoría, hasta los años setenta.

Hace ya más de una década, un grupo de propietarios barajó reconvertir el lugar en un complejo de turismo rural, pero el proyecto se desmoronó y entonces abrieron las puertas a una posible venta. A día de hoy, el escenario es idéntico. Elena, una de las integrantes de un grupo de tres propietarios que posee varias casas en Candelago, cuenta que las adquirieron hace dos años. «Nos tendremos que ir pronto de Galicia por motivos laborales, así que queremos venderlas. Si no fuese por eso, seguiríamos con el proyecto, porque es un sitio mágico, con unas vistas maravillosas. Nos enamoramos del lugar y queríamos montar algo allí, muy cerca del trayecto del Camiño dos Faros. Ya hemos recibido algunas ofertas», apunta.

Hasta el momento, inversores asturianos y también una pareja se han interesado por las casas abandonadas de Candelago. ¿El precio? 200.000 euros. Por ahora, ninguna de las ofertas ha colmado las expectativas de los dueños, pero las conversaciones continúan. «Es un tira y afloja, porque nosotros compramos prácticamente por ese importe en su momento, así que seguiremos hablando», agrega Elena.

Que la recuperación de la aldea no es tarea sencilla lo explica su realidad actual. Hay quien se aprovechó de su aislamiento para usarla como vertedero improvisado o incluso como refugio para el botellón. Dejado a su suerte, el lugar de Candelago también asiste ahora al desgaste de bienes emblemáticos de la zona, como una cruz situada en un nudo de caminos que apareció desmembrada a inicios de septiembre. «Quizais fose polo golpe dalgún tractor. O certo é que a cruz sempre estivo aí e está deterioriada dende hai décadas, e parcheouse con cemento porque lle romperan dous brazos. O patrimonio está abandoado e non se mira para el, porque xa se roubaban pedras dos cabazos nos setenta», cuenta Suso Lista, vecino del municipio.

A inicios de septiembre, una cruz próxima a las casas apareció desmembrada
A inicios de septiembre, una cruz próxima a las casas apareció desmembrada Ana García

«Hai xente que non sabe o valor que teñen estas lousas, e levan as pezas ós xardíns»

Javier Couto, técnico de dinamización turística del Concello de Ponteceso, pondera la situación patrimonial del núcleo de Candelago, donde la despoblación y el desinterés hicieron mella en el cuidado de un enclave que es prácticamente un balcón hacia el Atlántico. «É un tema delicado. Tristemente, e quizais de forma inconsciente, hai xente que non sabe o valor que teñen as lousas da zona, e levan pezas para os xardíns como elementos decorativos. Por exemplo, a cruz dun cabazo», explica.

Couto prevé realizar un análisis en los próximos días sobre el estado actual de la aldea y, en concreto, de la cruz que apareció rota, con los restos desmembrados a apenas un par de metros, entre los arbustos. «Traballaremos co técnico de Urbanismo para ver a nome de quen está, porque teóricamente debería estar nunha finca privada», detalla Couto. Por ley, un cruceiro goza de la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) si se acredita que se construyó antes de 1901; en caso de ser posterior a esa fecha pueden alcanzar ese reconocimiento si posee un valor especial. Desde el área de Patrimonio de la Xunta, consultados a este respecto, señalan que se evaluará la catalogación de la cruz, ubicada no muy lejos de un hórreo que, poco a poco, también fue quedando en ruinas.

Suso Lista, divulgador cultural cormelán que conoce al dedillo los montes de las cercanías, advierte de que la situación de la aldea de Candelago no es nueva, y que el desinterés por recuperarla es lo que la llevó casi a las puertas del olvido. «Eu recordo isto sempre igual. E nunca se fixo nada ata que chegaba o punto de que vías todo totalmente deterioriado», reivindica.