El triste final de los que quisieron salvar la democracia y acabaron muertos o presos

luis lamela

CARBALLO

Firmas de los procesados en un trámite de la causa seguida a estos vecinos.
Firmas de los procesados en un trámite de la causa seguida a estos vecinos.

GALICIA OSCURA, FINISTERRE VIVO | Así fueron los avatares de dos camariñáns, Gumersindo Lema, «O Tareixo», y Manuel Mouzo Mouzo, «Pichón», que pese a todo pudieron salvarse

24 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En A Ponte do Porto, Camariñas, formaron parte del llamado Comité de Defensa de la República, denominado más tarde por los franquistas Comité Revolucionario, Rogelio Mazaeda Novaes, presidente del Sindicato de Oficios Varios, afecto a la UGT; Andrés Celestino Balsa Bello, secretario del citado Sindicato; Pacífico Constante Campa Santos; Ramón Carballo Tajes; Gumersindo Lema N., O Tareixo; Francisco Tajes; Manuel Carracedo Balsa; Manuel Mouzo Mouzo, Pichón; Ventura Andújar Méndez; Jacinto Campaña Martínez; Manuel Gómez; Eladio Blanco; José García Suárez, Italia; Ángel Cabarco; Antonio Santos, Castañiñas...

Los miembros del comité de defensa, y sus demás compañeros, siguieron instrucciones del gobierno legítimo español y procedieron a la requisa de armas, municiones, explosivos y automóviles a los vecinos más derechistas, por temor a que las utilizasen contra la legalidad constituida, al tiempo que recaudaron fondos, alimentos y otras especies para repartir entre los convocados, entregando a cambio vales expedidos y firmados por Rogelio Mazaeda, el presidente del sindicato y del comité de defensa, con el objetivo de resarcirles más tarde. Uno de los detenidos y condenados por los militares sublevados fue Gumersindo Lema N., O Tareixo, nacido en A Ponte do Porto el 24 de junio de 1909, hijo de madre soltera, jornalero y fogonero, soltero también él y vecino de As Barrosas. Gumersindo estuvo cinco meses huido y el 22 de diciembre de 1936 fue declarado en rebeldía, pero el 24 ya fue detenido en su domicilio y trasladado después a Corcubión a disposición del juez Garillete. El 26 de diciembre de 1936 alegó ante el juez: «Que no formaba parte del Comité Revolucionario de Puente del Puerto, que los únicos que mandaban ejecutar los actos que allí ocurrieron fueron el Presidente del Sindicato Rogelio Mazaeda y el Secretario del mismo, Andrés Balsas, limitándose el declarante a obedecer esas órdenes; que no fue a Vimianzo formando parte de la manifestación que asaltó las Torres de Martelo; que quien dio la orden de ir a Vimianzo supone que fuese Manuel Alborés Cordas, que se presentó allí en un coche y habló con el Presidente del Sindicato; que no sabe nada de lo que ocurrió en Javiña; que solo ha oído en Puente del Puerto después que habían ido a pedirle la radio al Cura; que el Pichón formaba parte del Comité como vocal que era de la Directiva; que no ha tomado parte en la requisa de coches que hubo en esos días; que el día que daba una conferencia por radio Azaña al cortarse la luz le echaron todos la culpa como autores a los de derechas; que no sabe quién desahució al Cura del Puente de la casa; que no sabe quién colocó las bombas que explotaron esos días en Puente del Puerto y que supone fueron fabricadas con la dinamita recogida a Francisco Noya; que si ha huido estos cinco meses hasta ser detenido por la Guardia Civil en su casa ha sido porque les dijo el Presidente del Sindicato que a todos los socios del mismo los iban a matar, aunque el declarante no había tomado parte en ninguno de los sucesos que en el pueblo habían ocurrido; que todo el tiempo que tardó en presentarse anduvo solo por el monte; que no le ha protegido nadie durante este tiempo que ha andado huido y que se alimentaba de lo que le daban los trabajadores del campo, no conociendo a ninguno de los que le daban alimentos; que no sabe de lo que será de los componentes de la Directiva del Sindicato».

El informe de la Guardia Civil de Camariñas del 11 de enero de 1937, afirma: «… Que Gumersindo Lema N…. observaba buena conducta y era trabajador, pero desde la formación del Sindicato en aquella localidad fue uno de los elementos más destacados del mismo y era manejado por la directiva» … Y, para su defensa, Gumersindo pidió declarasen en la causa el cura de A Ponte do Porto, también Francisco Noya López, Ramón Freire, Fernando Carril Miras y el médico Norberto Rodríguez Buján, acerca de su conducta y actuación antes y durante el Movimiento. El 4 de febrero de 1937 el párroco aseguró: «Que antes del Movimiento ha visto observar buena conducta al Gumersindo Lema; que durante los sucesos ocurridos en Puente del Puerto, como el declarante permaneció escondido hasta la llegada de la fuerza pública, y restablecimiento del orden en el pueblo, ignora la parte que en el desarrollo de los hechos pudo tener el Gumersindo, habiendo tan solo presenciado el día en que fue desalojado de la Casa Rectoral por los elementos del Sindicato, que dicho Gumersindo, al proponer determinados elementos, que se repartiese el maíz que encontraron en casa del declarante, y que su biblioteca fuese a parar a la casa del Pueblo, refiriéndose al mueble donde se guardaban los libros, es decir, la librería, se opuso a esta proposición, dirigiéndose con una arenga a los proponentes, haciéndoles desistir de su empeño, lo que consiguió, no faltándole por ello, ningún objeto de los que guardaba en su casa».

Penas de muerte y cadena perpetua

Le siguió Norberto Rodríguez Buján: «Que ha visto que Gumersindo observaba buena conducta antes del Movimiento Nacional, ignorando su actuación y conducta durante el desarrollo de los sucesos en Puente del Puerto». Por su parte, Francisco Noya López, declaró: «Que ha visto observar buena conducta a Gumersindo Lema, antes del Movimiento Nacional, ignorando esta y su actuación durante el Movimiento». Y Ramón Freire, «Que antes del Movimiento Nacional ha visto que Gumersindo Lema observaba buena conducta (...)». Por último, Fernando Carril Meirás: «Que ha visto que Gumersindo Lema observaba buena conducta antes del Movimiento Nacional (...)». Mientras el fiscal pidió la pena de muerte, Gumersindo fue condenado a cadena perpetua y trasladado al penal del Fuerte de San Cristóbal, en Pamplona, y tomó parte en la fuga masiva de mayo de 1938, pero fue apresado y no le aplicaron la Ley de Fugas. El 20 de julio de 1941 le conmutaron la pena de cadena perpetua por la de siete años de prisión mayor, y mientras sus compañeros Ventura Andújar y Manuel Mouzo disfrutaban de la prisión atenuada en sus domicilios en septiembre de 1941, Gumersindo no había aparecido por A Ponte do Porto. El motivo: haber tomado parte en la fuga colectiva. Le denegaron los beneficios de la prisión atenuada y de la libertad condicional.

Manuel Mouzo Mouzo, Pichón, con 23 años en julio de 1936, soltero, aserrador, natural y vecino de A Ponte do Port «formaba parte del Comité revolucionario, interviniendo en el desahucio de la casa del Señor Cura de Puente del Puerto, así como en la manifestación que asaltó las tan repetidas Torres y finalmente en la casa del Cura de Javiña… y que al decir de este sacerdote fue uno de los que le persiguió cuando huía campo traviesa»… Según informó la Guardia Civil, Mouzo formó parte del Comité que se formó en la localidad, cuyo mando ostentaba y regía su convecino Rogelio Mazaeda Novaes y les acompañaban los también vecinos Andrés Balsas, Gumersindo Lema, Constante Campa Correa, Manuel Carracedo, José García Suárez, un tal Antonio conocido por Castañiñas, José Campa Correa, chauffeur del Comité, Ventura Andújar, chauffeur también del Comité, y Jacinto Campaña y otros tres de Camariñas»…

Detenido en su casa, el 7 de enero de 1937 fue conducido desde la cárcel de Corcubión a la Prisión provincial de A Coruña, y el 13 de enero de 1937 reclamó ante el juez militar instructor que declarasen como testigos Eliseo Moreira, médico de A Ponte do Porto, sobre su intervención en los sucesos y también el párroco, sobre su conducta, y el médico Norberto Rodríguez sobre su intervención en los sucesos. También Ramón Figueiras, sobre cómo le obligaron forzadamente asistir a la manifestación. El 20 de enero declaró Norberto Rodríguez Buján: «Que los hechos que presenció el declarante en Puente del Puerto, no le vio intervenir al Mouzo». El mismo día declaró el párroco Juan Bautista Boo: «Que le ha visto observar buena conducta, no pudiendo precisar si penetró en su casa el día que le arrojaron los elementos sediciosos de Puente del Puerto, de ella». Ramón Figueiras Suárez, carpintero, afirmó: «Que presenció como Rogelio Mazaeda obligaba a Manuel Mouzo a formar parte de la manifestación como músico». Y, Eliseo Moreira Canosa, confesó: «Que ignora si intervino Manuel Mouzo en los sucesos». El juez provocó un careo entre Gumersindo y Manuel Mouzo el 8 de enero de 1937, resultando que: «…El Mouzo en este momento manifiesta que por error pudo decir que Gumersindo Lema presidió la incautación de la Rectoral de Puente del Puerto, siendo así que quien obedeció y presidió el desahucio, fue Manuel Gómez».

Mouzo, para el que solicitaron la pena de muerte, fue condenado a cadena perpetua. En noviembre de 1940 seguía en el penal de San Cristóbal y el 20 de julio de 1941 le fue conmutada la pena original por la de siete años de prisión, aunque anteriormente, el 7 de mayo de 1941, ya había sido excarcelado. En septiembre estaba en prisión atenuada en su domicilio, y la Guardia Civil ejercía la debida vigilancia. El día 22 de noviembre de 1946 fue multado con 1.000 pesetas por la Fiscalía de Tasas y ante el impago fue detenido y encarcelado el 15 de marzo de 1947, pero pronto la hizo efectiva y el 20 lo dejaron libre. Estos fueron algunos de los que pudieron salvarse, pero aún quedan más vecinos, u oriundos, de Camariñas, represaliados, asesinados.