La central de Meirama despidió el año pasado su producción con medio millón de toneladas de CO2

S. G. CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

La central de Meirama
La central de Meirama Ana Garcia

El próximo miércoles, día 30, se cumplirá un año del cierre

24 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo miércoles, día 30, se cumplirá un año del cierre de la central térmica de Meirama, que producía 457 megavatios de electricidad a base del lignito de As Encrobas, primero (desde 1980), y del importado y trasladado desde el puerto de A Coruña, después. Esa actividad generaba cada año millones de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Generalmente, en Cerceda se emitía más de dos millones al año, y hubo algunos que pasó de los tres. Pero en el 2020, por razones evidentes, superó por poco el medio millón, y ya no habrá más.

Las emisiones tienen un coste para las grandes empresas, sobre todo si no tienen asignación gratuita de toneladas de emisiones (así ocurre con la generación eléctrica desde el 2013), o si las tienen, pero van mucho más allá. Es un comercio de enormes proporciones, y más ahora en el que el precio de la tonelada está muy elevado, por encima de los 50 euros, más del doble que hace dos años, por ejemplo, lo que está encareciendo (es uno de los principales factores) el precio de la energía a niveles nunca vistos. Hay que pagar por las toneladas de exceso, o comerciar con ellas: los que tienen menos acuden al mercado-subasta para poder producir.