La burocracia y a veces la desidia retrasa el arreglo de los cruceiros en la Costa da Morte

Santiago Garrido Rial
S. G. Rial CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Cruceiro de Seavia (Coristanco)
Cruceiro de Seavia (Coristanco) ANA GARCIA

Varias cruces de la comarca esperan desde hace meses por el arreglo, y algunas tardaron años

23 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que se rompe un cruceiro, y se rompen bastantes a causa de accidentes de tráfico o agrícolas, y también de temporales, pasan meses e incluso años hasta que se arregla. En la Costa da Morte hay multitud de ejemplos, pasados y presentes. Burocracia, trámites administrativos y a veces una cierta desidia son los principales factores de esa demora. Incluso hay concellos que hacen todo lo posible por acelerar los arreglos, y no lo consiguen en los plazos que esperan, y al final el perjudicado es el amplio patrimonio comarcal.

En Coristanco hay, al menos, dos cruceiros rotos. Uno, en A Rabadeira, junto a la capilla de Santa Ana, y el otro, al lado de la iglesia de Seavia, parroquia a la que también pertenece A Rabadeira. El primero, el de A Rabadeira, se quebró por completo en enero del año pasado, y era la segunda vez que le pasaba en quince años. La primera vez se rompió por el golpe de un tractor. La segunda, debido a un temporal. El caso es que los trozos están como estaban. El párroco, Manuel Mayo, señala que está a la espera de una resolución del Arzobispado, ya que se encuentra, se encontraba, dentro de un atrio parroquial, y que la pandemia lo ha retrasado todo. El de la iglesia de Seavia está pendiente de que dos compañías de seguros se pongan de acuerdo, como indica el alcalde, Juan García. Hay informe de la Policía Local y los restos están custodiados, y Patrimonio es conocedor de la situación. Y no queda otra que esperar.

Casas Novas, Serramo, Vimianzo. Cruceiro derribado
Casas Novas, Serramo, Vimianzo. Cruceiro derribado .

En Vimianzo están a la espera de arreglar nada menos que cuatro: dos en Ogas, uno en Cereixo y otro en Serramo. El de Serramo lo tiró en octubre del año pasado un vehículo agrícola. Existe un proyecto de restauración de todos, a cargo del arqueólogo Tito Concheiro e impulsado por el Concello. También habrá que esperar: «Os proxectos xa están redactados e estanse tramitando as autorizacións que, neste caso, son bastante liosas, e tan axiña como se teñan. Así teñamos autorizacións, o equipo de Concheiro empezará cos traballos», indica la alcaldesa.

En Niñóns, Ponteceso, el año pasado desapareció la Cruz de Pedrouzón, que estaba rota. Un vecino de Mens la encontró en una finca suya, y la guardó. El Concello pontecesán se comprometió a restaurarla, pero el alcalde explica que está pendiente de una ayuda pedida a Patrimonio.

Los que se crean y los que se destruyen

Son muchos los cruceiros que se destruyen en la Costa da Morte, más o menos uno de media cada año. A veces más, a veces ninguno, pero cuando se hace el recuento en la hemeroteca la cifra no anda lejos. Algunos se arreglan o se transforman, pero también se crean. Estos, los nuevos, ya son muchos menos, pero los hay y más o menos recientes: el del atrio de la capilla de A Milagrosa de Carballo, el de Santo Hadrián de Malpica, que iba a estar en la entrada del cementerio de la capital municipal, pero no hubo permiso, los de los cementerios de O Allo y de Carballo (A piedade), ambos de Anxo Cousillas. Son piezas nuevas y muy elaboradas, que contribuyen a enriquecer un enorme parque comarcal de cruceiros que sobrepasa de largo el medio millar de unidades. Donde más hay es en Cabana, con al menos 59; Zas, 61, y Vimianzo, 62. En Ponteceso, 53, por los 46 de Muxía y los 45 de Carballo. Influye mucho la superficie de cada municipio y el número de parroquias y capillas.

A Rabadeira, Coristanco
A Rabadeira, Coristanco ANA GARCIA

Los censos son complicados, y ni siquiera en los catálogos de patrimonio de los respectivos PXOM aparecen al completo. Los hay que se han quedado en medio de leiras o fincas tras las parcelarias, y también aprovechados en masas comunes y hasta en fincas privadas. En la página especializada www.cruceirosdegalicia.xyz se compilan la inmensa mayoría, fruto de las aportaciones de un pequeño ejército de colaboradores que llevan años pateando el territorio y tomando fotos de cada uno de ellos, de ahí que el censo vaya creciendo. El último, de hace casi dos años, arroja la cifra de 532 en las 157 parroquias de los 16 municipios de Bergantiños, Soneira y Fisterra, además de Cerceda. Todos con su ficha y clasificados por parroquias.

Al menos, con raras excepciones, los cruceiros ya no desaparecen. En el 2004 La Voz realizó un análisis de los robados en los seis años anteriores y los ladrones se habían llevado catorce. Tampoco hay vandalismo. Hace veinte años, los vándalos destrozaron en una noche tres elementos de Brantuas. Ahora, vientos fuertes, la marcha atrás del remolque de un tractor o coches que se salen de la vía son los principales culpables.

Carlos H. Fernández Coto
Carlos H. Fernández Coto ANA GARCÍA

«Se as cousas se fan ben si que se pode axilizar todo o proceso»

El arquitecto Carlos H. Fernández Coto, presidente de Apatrigal, cree que hay maneras de agilizar los trámites. «Se as cousas se fan ben, si que se pode axilizar todo o proceso. En Patrimonio da Coruña son rápidos. Pero hai que dicir as cousas que Patrimonio vai aceptar, ese é o tema. Se non, pode pasar un ano ou máis», explica. No solo eso, sino tener profesionales cualificados a mano, que sepan hacer los proyectos conforme marca la normativa, con proyectos de restauración bien hechos, con los materiales adecuados. Un documento acorde. Y asegura que los arreglos no tienen por qué ser excesivamente caros. En su condición de arquitecto municipal de Rianxo, el proyecto más oneroso que ha tenido es de unos tres mil euros, pero también por 800, indica. Y sobre los cruceiros en atrios o fincas particulares, que deben restaurar sus dueños, «o Concello ten a obriga de esixir que os teñan en boas condicións. Pola Lei de Patrimonio, o Concello é responsable de velar polo bo estado do patrimonio de todo o municipio. A Lei do Solo dálle ferramentas para esixilo ou facelo subsidiariamente. O ideal é falar co cura ou co veciño».