O Couto, en Ponteceso, escenificó la dignificación del hórreo como joya patrimonial

Marta López CARBALLO / LA VOZ

CARBALLO

Expertos piden a la Unesco la declaración de Patrimonio de la Humanidad en el Foro Voz organizado por La Voz de Galicia, la Fundación Eduardo Pondal y la Consellería de Medio Rural

18 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Tan comunes, que a veces escapan a la vista. Solo en la provincia de A Coruña el muradán Carlos Regueira lleva catalogados cerca de 28.000 hórreos. O también cabazos, cabeceiros, espigueros, canastros, celeiros, palleiras, sequeiros... La gran variedad de términos para designar a estos graneros elevados es casi proporcional a su omnipresencia en la comunidad gallega y, en general, en el noroeste peninsular. Estos elementos, vinculados a la tradición agraria y pieza fundamental para entender nuestra historia como sociedad, centraron ayer un interesante encuentro entre expertos en O Couto, Ponteceso: ¿Deberían considerarse Patrimonio de la Humanidad? Porque si el arte de fabricar perlas de vidrio, las carreras de dromedarios, el arte de la miniatura o los repiques rituales de tambores lo son, ¿por qué no los cabazos?

Inició la jornada matinal Lois García Carballido, alcalde de Ponteceso y presidente de la Fundación Eduardo Pondal, en cuya sede se celebró el encuentro. Carballido se confesó «emocionado e agradecido» porque O Couto, un lugar de grandísima riqueza etnográfica, fuese el escenario escogido para tan necesario debate y se congratuló, asimismo, del recién estrenado despliegue de fibra óptima que permitió la retransmisión del Foro Voz a través de los canales sociales.

Inés Santé, directora de Agader
Inés Santé, directora de Agader ANA GARCÍA

Sobre Inés Santé, directora de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural, recayó la responsabilidad de inaugurar el coloquio, arrancando con un reconocimiento al «importante labor da Fundación Eduardo Pondal». Seguidamente, explicó las diferentes vías de las que disponen en el Agader para poner en valor elementos patrimoniales como son los hórreos. Lo hacen bien a través de los proyectos «senlleiros», apoyando iniciativas específicas, o a través del Programa Leader, distribuyendo importantes sumas de dinero a los GDR de la comunidad para que sean los agentes sociales quienes planifiquen y distribuyan las inversiones.

Gonzalo Trenor, delegado territorial de la Xunta en A Coruña
Gonzalo Trenor, delegado territorial de la Xunta en A Coruña ANA GARCÍA

El estudiante de Paisajismo Álvaro Alfaro, el arquitecto Fermín Blanco, la jefa del servicio de Patrimonio Cultural, Rosario Fernández; el presidente de Apatrigal, Carlos Enrique Fernández Coto y los estudiosos Carlos Regueira y Xosé María Lema integraron el grupo de expertos que dieron forma al debate, clausurado después por el delegado territorial de la Xunta en A Coruña, Gonzalo Trenor. Habló el representante autonómico sobre los hórreos como elementos identitarios: «Tan nosos», dijo, «que nin sequera escapan dese fenómeno tan autóctono como é o feísmo». Son símbolos, describió Trenor, «que herdamos da Galiza rural, e que temos a responsabilidade de legar ás xeracións vindeiras».

Álvaro Alfaro, paisajista
Álvaro Alfaro, paisajista ANA GARCÍA

Fermín Blanco, arquitecto
Fermín Blanco, arquitecto ANA GARCÍA

El cabazo de la rectoral, un posible centro de interpretación

Un taller organizado por la Escola Galega da Paisaxe en O Couto hace un par de años fue el germen para las jornadas que ayer promovieron La Voz, la Fundación Eduardo Pondal y la Consellería de Medio Rural. Así, la primera intervención no podía ser otra que la de uno de los jóvenes que participaron de aquel taller de 2019, Álvaro Alfaro, que habló de algunas de las ideas que salieron de aquella iniciativa.

Perfiló O Couto como punto de confluencia de varias rutas de senderismo por el entorno del Anllóns y como lugar de especial interés debido al gran número de hórreos que atesora la aldea, hórreos que su grupo propuso catalogar de manera colaborativa e incluso convertir en una peculiar yincana. Un código QR y un poema de Pondal servirían como pistas para que los visitantes fuesen dando con los siguientes cabazos, para hacer así más intrigante la visita al pueblo.

También abordó Alfaro la posibilidad de alzar un Centro de Interpretación dos Hórreos, una idea que continuó desarrollando el arquitecto Fermín Blanco. Él desgranó ante los presentes los detalles de un proyecto hecho hace dos años que convertiría la parte baja del granero situado en la rectoral de O Couto en un particular espacio para visitantes. Con un armazón enteramente hecho en madera -incluso los ensamblajes- y sin interferir para nada en la estructura del granero, sería la antesala a la visita. Dispondría de unas pequeñas gradas y una pantalla de proyección: «Una intervención de mínimos que consistiría en la conversión del hórreo en su propio museo», expresó el arquitecto durante su exposición en la mañana de ayer.

Rosario Fernández, jefa del servicio de Patrimonio Cultural
Rosario Fernández, jefa del servicio de Patrimonio Cultural ANA GARCÍA

«A normativa non é un fin, é unha ferramenta para facilitar o traballo»

Rosario Fernández, jefa del servicio de Patrimonio Cultural, explicó la legislación que se aplica a los hórreos. No es, dijo, la parte «máis amena», pero sí la que suele generar más dudas. Dado que estos elementos suelen gozar de una protección especial, bien por ser elementos BIC, por estar catalogados o por estar incluidos en los instrumentos de planeamiento urbanísticos, hay una serie de consideraciones técnicas y formales a tener en cuenta en caso de querer realizar alguna intervención. A saber:

• Uso de materiales y técnicas constructivas tradicionales.

• El movimiento del hórreo dentro de su contorno de protección (suelen ser 20 metros) no se considerará traslado.

• Se aprovechará toda la madera posible y se sustituirán solo elementos que sean irrecuperables.

• La intervención en la madera se reducirá a la limpieza. Esta se protegerá con un producto insecticida y fungicida y se pintará con los colores predominantes en la zona.

• La limpieza de la piedra será un tratamiento muy ligero y se hará manualmente. No se utilizarán herbicidas sobre ellas ni otros químicos.

• Solo morteros de cal o de cal y arcilla, nada de cemento.

• No se permiten planchas de fibrocemento bajo las tejas.

Carlos Regueira, autor de «Atlas de Hórreos de Galicia»
Carlos Regueira, autor de «Atlas de Hórreos de Galicia» ANA GARCÍA

Carlos Regueira ha identificado más de 12.600 cabazos en la Costa da Morte

Aunque proviene del mundo de la ciencia -es doctor en Farmacia y se especializó en el campo de la salud pública- el enorme interés que el muradán Carlos Regueira manifestó siempre por los hórreos le llevó a publicar la que a día de hoy es una de las obras más completas sobre este tipo de construcciones en Galicia. Cuando presentó Atlas de Hórreos de Galicia en 2017 -con prólogo del vimiancés Xosé María Lema- tenía documentadas 9.351 unidades, un tercio de las 30.000 que se estimaban entonces que había en Galicia. Sin embargo, Regueira continuó las investigaciones con un intensísimo trabajo de campo parroquia por parroquia que le ha llevado a identificar cerca de 28.000 unidades solo en la provincia de A Coruña, de las cuales 12.600 estarían en la Costa da Morte.

Un amplísimo despliegue con el que el muradán participó en el Foro Voz celebrado ayer en O Couto. Habló, por ejemplo, de los diferentes factores que determinan la estructura de cada cabazo: el tipo de suelo (granítico o no), el clima de la zona y otros condicionantes de tipo cultural. Y también abordó la clasificación y tipología que empleó en su atlas y que ha acabado actualizando gracias al trabajo posterior.

El tipo arco fisterrán -que también desgranó Xosé María Lema, otro gran experto en la materia, en su intervención anterior- es el predominante en el área de Soneira, Fisterra y Barbanza, pero Regueira encontró también ejemplares en la zona de O Morrazo y en el municipio de Cotobade. Además de este, en el grupo de los hórreos estrechos estaría también el tipo Camariñas, el Malpica y el Rianxo, todos ellos de piedra; en cuanto a los anchos, ahí Regueira recoge el tipo Carballo y Elviña (piedra), Ponteceso (albañilería), Dubra y Arteixo (piedra y madera), Laracha (albañilería y madera) y Bergantiñán (todo de madera y en extinción, pues quedan apenas 20 unidades).

Una curiosidad que expuso el muradán es que, pese a que a los graneros de cemento se les engloba en el tipo Ponteceso, en verdad son más frecuentes en otras zonas de Bergantiños, como Carballo o A Laracha. Además, señaló Regueira, los que hay en Ponteceso están bastante bien cuidados y pintados con colores adecuados. «O resto habería que tiralos», bromeó el ponente, pues no es partidario de emplear materiales no tradicionales en estas construcciones.

Algunos de los hórreos más largos de Galicia están en la Costa da Morte

En cuanto a la distribución de los diferentes tipos de cabazos, puntualizó que en Bergantiños se pueden encontrar ejemplos de los once, mientras que en el resto de la Costa da Morte predomina ampliamente el fisterrán, sobre todo por la disponibilidad de buena piedra en esos territorios. A modo de curiosidad, en la lista de los hórreos más largos de la comunidad hay seis de la zona: Ozón (Muxía), Cereixo (Vimianzo), Cambeda (Vimianzo), Artón (Zas), Berdeogas (Dumbría) y Nande (Laxe).

Regueira agradeció durante su intervención «aos devanceiros», a quienes sentaron las bases para su posterior investigación. Citó, por ejemplo, el trabajo de Ignacio Martínez (1979), a quien también se refirió Xosé María Lema minutos antes.

Xosé María Lema, investigador vimiancés
Xosé María Lema, investigador vimiancés ANA GARCÍA

La primera publicación de Lema sobre esta temática se remonta al 1979 y la hizo en base a un trabajo que había realizado con los alumnos del IES Fernando Blanco, en donde daba clase, un par de cursos antes. Siguió investigando y sintetizó sus hallazgos en un volumen que publicó el Semescom en 2010: O hórreo atlántico ou fisterrán: cabazos e cabaceiras da Costa da Morte e Barbanza. Lema redactó, asimismo, el prólogo del atlas de Regueira.

Carlos Fernández Coto, arquitecto
Carlos Fernández Coto, arquitecto ANA GARCÍA

Sinergias con otras culturas para lograr la ansiada declaración de la Unesco

Pese a que la legislación es bastante proteccionista con los elementos etnográficos, tales como los hórreos, lo cierto es que el tratamiento que les da la sociedad no siempre se corresponde con su valor real. Durante su intervención, el arquitecto Carlos Fernández Coto, presidente de la Asociación para a defensa do Patrimonio Cultural Galego, explicó que cada semana les llegan tres o cuatro anuncios de venta de cabazos en diferentes portales electrónicos, anuncios que trasladan a las autoridades para que sean investigados, por supuesto.

En Galicia, en donde los materiales tradicionales están en desuso y en donde, según Coto, «baixo o paraugas do turismo exótico se fan actos que deturpan» estos elementos etnográficos, la máxima protección legislativa «non se cumpre». Es por ello que la asociación que preside, conjuntamente con otras entidades españolas de zonas en las que existen estos graneros elevados, así como con otras culturas del resto del globo, están trabajando en una solicitud conjunta para que la Unesco declare los hórreos Patrimonio de la Humanidad. Han elaborado un documento de adhesión a la iniciativa que están enviando a Administraciones y diferentes entidades y que, por el momento, ha sido firmado ya por 30 ayuntamientos y por el Gobierno asturiano.

El arquitecto siguió desgranando ante los presentes otras iniciativas que tienen en marcha con el objetivo de poner en valor estas estructuras tradicionales, como la solicitud de inclusión en el Plan Nacional de Patrimonio Inmaterial o en el Plan Nacional de Arquitectura Tradicional o la participación en un compendio a nivel estatal sobre graneros elevados. Un documento en el que Carlos Regueira sintetizó en 28 páginas la realidad de los cabazos gallegos.

Por otro lado, Apatrigal trabaja también en solicitar para el alfombrismo y el toque manual de campanas la declaración de Patrimonio de la Humanidad.